Caligrama, octubre 2022
Caligrama publica Ajedrez: Napoleón y Josefina, la novela epistolar que narra la relación (urdida) del conquistador y su amada. La filóloga y doctora en Lingüística Mónica Chamorro Mejía da el golpe con un festín literario que nos sumerge en el amorío más célebre del siglo XIX y que se forjó bajo la tutela de Talleyrand, el manipulador por excelencia
Mónica Chamorro Mejía sabe escribir. Y muy bien. Esta filóloga y doctora en Lingúística acaba de ascender al Olimpo de los escogidos con una novela epistolar que merece situarse en todo lo alto de las más aplaudidas de este complicado género que hayan visto la luz a lo largo de la historia. ¿Incluso al nivel de Drácula? Pues por qué no. Editorial Caligrama ha logrado poner en el mercado Ajedrez: Napoleón y Josefina, una joya literaria que obra el milagro de alumbrar la profunda amenidad. A través de una serie de deliciosas cartas, cargadas de doble sentido y de triple moralidad, la autora nos sumerge en el romance más famoso del siglo XIX y nos muestra, de manera brillante y ligera, cómo fue urdido. Hablamos de manipulación con mayúsculas.
Situémonos: la relación entre el joven general Napoleón Bonaparte y Josefina, la bella vizcondesa de Beauharnais, nace como resultado de una intriga que teje Talleyrand y que incluye a Madame Tallien, amiga de Josefina, y a Bourrienne, compañero de la infancia de Bonaparte. Habremos de añadir otro par de elemento: Barras y un joven húsar, Hipólito Charles, para completar el cuadro de vasos conductores que lograron que el intrigante Talleyrand ganase en cualquiera de los desenlaces posibles. Estamos ante todo un luminoso tratado de la ¿mezquindad? de la condición humana… aunque posiblemente Maquiavelo lo aplaudiría como gestión habilísima. Es la intrahistoria narrada con elegancia e ironía, además de una perfecta documentación.
El juego literario que propone Chamorro llega incluso a levantar de la tumba al propio general corso: «Le advierto que de todo este interés malsano por mi persona y por mi vida no puede surgir nada bueno, resígnese a pensar que es solo una pésima historia de amor no correspondido, pues yo no tengo ni siquiera curiosidad de conocerla, mientras que Usted ha dedicado días y noches enteros a perseguirme, a espiarme. Ya sé que quiere hurgar en lo más íntimo, hundir sus manos en la carne de mi vida hasta destripar la verdad».
Escuchemos un poco más a la voz de Napoleón… «No se engañe, no piense que escribiendo sobre lo que gira incansablemente en su cabeza va a sanarse. Nada vence la obsesión. Las ideas fijas son mortales, nos llevan a creer que ganamos cuando estamos perdiendo. Yo perdí Europa por una obsesión». Lo dicho: Chamorro ha logrado condensar la intriga en un maravilloso libro. No deje de leerlo, es un consejo imperial.
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