Ático de los libros, enero 2021
Ático de los libros publica en su colección Ático Bolsillo, de Mi tío Napoleón, Iraj Pezeshkzad, probablemente, la mejor y más popular novela de la literatura persa de los últimos cien años.
Escrita en 1973, se convirtió de inmediato en un best seller en Irán y fue adaptada a una serie de televisión que todavía se encuentra entre las más vistas de la historia en aquel país. La ternura del relato y el reflejo de una sociedad abierta y progresista hizo que el régimen de los ayatollahs la censurara tras la Revolución iraní de 1979, pero eso no ha impedido que su popularidad siga intacta. La expresión «ser un tío Napoleón» ha pasado al farsi coloquial para designar a aquel que piensa que todo es culpa de los extranjeros, y los personajes de esta novela son tan conocidos por los lectores iraníes como los lectores españoles conocen a Don Quijote o Sancho Panza.
Mi tío Napoleón no solo demuestra el enorme talento literario de Pezeshkzad sino que resulta endiabladamente divertida. El Atlantic Monthly ha comparado el humor del libro al de las mejores novelas de P. G. Wodehouse e historiadores como Henry Kamen y escritores como Azar Nafisi han alabado la calidad y el enorme valor de esta obra.
Ambientada en el Teherán de principios de la década de 1940, Mi tío Napoleón es el retrato de una familia que vive bajo la esperpéntica tiranía de un patriarca estrafalario que idolatra a Napoleón Bonaparte. A la manera de un Quijote persa, acompañado por su fiel escudero Mash Qasem, el tío Napoleón, pues así lo llaman todos, lleva con mano de hierro los asuntos familiares, para desesperación de sus parientes. Cuando surge el amor entre el joven narrador y su prima Layli, hija del tío Napoleón, un divertidísimo laberinto de intrigas y maquinaciones se pondrá en marcha para impedirles estar juntos. Solo su tío Asadollah Mirza, encantador e irónico, será el aliado del joven enamorado.
Iraj Pezeshkzad nació en Teherán en 1928 y se educó en Irán y en Francia, donde se licenció en Derecho. Ejerció como juez durante cinco años antes de incorporarse al servicio diplomático iraní hasta 1979, momento en que abandonó Irán para exiliarse a Francia. Desde allí se unió a los movimientos de repulsa a la revolución del ayatolá Jomeini, y se es célebre por su continuada protesta contra el régimen islámico iraní. Empezó a escribir a principios de la década de 1950, cuando tradujo las obras de Voltaire y Molière al persa y escribió relatos para revistas. Durante su exilio no dejó de escribir novelas y ensayos sobre la historia de Irán y de Oriente Medio.
¡Me encanta! Este sí me lo llevo sin dudar.
Besos.