NUESTRA OPINIÓN …
Víctor del Árbol es uno de esos autores que una vez que lo descubres ya no puedes prescindir de él y cada una de sus novelas se convierte en una necesidad. Yo le descubrí con Un millón de gotas y en mi biblioteca están todas y cada una de las que ha publicado. Nadie en esta tierra no iba a ser una excepción.
Julián Leal es un inspector de policía que no está en su mejor momento. Tras agredir de manera brutal a un importante y bien relacionado empresario, y dejarlo al borde de la muerte, se encuentra sometido a un expediente disciplinario. Nadie entiende por qué lo ha hecho y él se niega en rotundo a decir las razones que le han llevado a ello. Tampoco ayuda que su superior, el Comisario Herredia, quiera quitárselo de en medio y eche más hierro al asunto.
Por si esto fuera poco, el cáncer que sufre ha empeorado y los pronósticos de sus médicos no son nada buenos, así que decide hacer un viaje a su pueblo natal al que no ha vuelto desde hace muchos años, quizás buscando poner su vida en orden y enfrentarse a su pasado, donde no es bien recibido precisamente. Un lugar dónde aparecerán asesinados un par de amigos de la infancia. Unos hechos con los que algunos se empeñan en relacionarle.
Aunque Julián Leal es el protagonista de esta historia, no podemos olvidarnos de un personaje también muy inquietante e importante en la trama, que se esconde de todos pero que está ahí en todo momento y nos va relatando en primera persona la historia desde otro ángulo: El asesino.
En esta novela, Víctor del Árbol teje una trama compleja que no nos da respiro, un puzzle en el que hasta el final no encajaremos todas las piezas, con dos narradores que nos muestran los mismos sucesos desde dos prismas distintos, y en la que también viajaremos en el tiempo entre la Barcelona de 2005 y su aldea natal gallega en 1975, un tiempo en el que Julián Leal no era más que un crío.
Me ha gustado mucho esta manera física y psicológica de llevarnos al pasado del Inspector, para que le lector vaya conociendo mediante su pasado y entienda los motivos que le llevan a actuar como lo hace. Y es que si algo me entusiasma de las novelas de Víctor del Árbol es su forma de transmitir emociones, de mostrarnos cómo son sus personajes, del tratamiento psicológico que hace de los mismos, esa forma de escarbar en el alma humana. Esos personajes de carne y hueso, tan humanos, tan complejos, con tantos matices, claroscuros, fortalezas y debilidades, tan bien dibujados, y que nos hacen plantearnos tantas cosas.
Nadie en esta tierra, de Víctor del Árbol no sólo es una novela negra o un thriller sin más. Como es su costumbre también nos pone de cara a la realidad con una buena dosis de crítica social, a la vez que nos lleva a la reflexión sobre temas tan importantes como el mal y los dilemas morales a la hora de enfrentarlo, la lealtad, la traición, la enfermedad y la amistad.
Sin duda os recomiendo esta lectura, que seguro que como sucede con todas las novelas de Víctor del Árbol, no os dejará indiferentes.
Tengo pendiente aún las dos o tres últimas novelas del autor. No me da la vida. Y veo que tengo que apuntarme también ésta.
Besotes!!!