NUESTRA OPINIÓN …
Con tanta lectura pendiente elegida por nosotras, hace tiempo tomamos la decisión de no aceptar ofrecimientos de novelas de autores noveles. Pero como toda regla tiene su excepción cuando se puso en contacto con nosotras Pablo Alaña, para ofrecernos su novela, leímos la sinopsis y nos convenció, además, cuando vimos que venía avalada por Versátil, decidimos que La sospecha eterna era una buena ocasión para saltarnos nuestras propias normas.
Irene Arias es detenida por el presunto asesinato de un hombre, y decide pedir ayuda a Clara, una amiga suya que es abogada penalista, aunque los casos a los que se dedica son en su inmensa mayoría delitos fiscales o de los que suelen llamarse de guante blanco.
Aunque todo parece indicar que su defensa va a ser muy difícil y Clara tampoco las tiene todas consigo, se decide a ayudarla. Además, por la relación de amistad que las une accede a la petición que le hace la sospechosa, de que no solo la defienda, sino que, por favor, encuentre al asesino, ya que hace años había sido acusada de otro crimen que nunca se llegó a esclarecer, cuya causa fue archivada al no poderse probar la autoría de dicho crimen, y cuyo fantasma la sigue sobrevolando. Revivir otra vez todo lo que sucedió en el pasado no resulta el mejor escenario.
Así es como Clara y Tomás, su compañero de despacho, además de asesorarla judicialmente, se involucran en una labor detectivesca, de la que otros personajes de la novela tratan inútilmente de persuadirles que abandonen, y que tan alejada está del cometido que en España tienen los letrados, aunque es verdad que es común verla en series y novelas norteamericanas.
En La sospecha eterna nos vamos a encontrar una novela muy entretenida y adictiva, con varios giros y sorpresas, en la que a través de una trama en la que se une el género judicial y policíaco, el lector se va a encontrar algunas cuestiones que le llevarán a la reflexión como el daño que pueden hacer los prejuicios, las apariencias, la falta de confianza, la reputación, la lealtad y el valor de la amistad cuando las cosas se ponen difíciles, así como lo que puede significar socialmente para una persona ser acusada injustamente.
La sospecha eterna es una novela de capítulos cortos, lectura ágil y lenguaje certero, en la que la aparición dosificada de personajes y determinados detalles llevan al lector a ir haciendo cábalas y suposiciones sobre los crímenes, el o los posibles culpables y los motivos que puede haber detrás de los hechos.
Hola. Leída y reseñada en mi blog, me gusto mucho y ya sigo al autor para no perder sus próximos trabajos. Qué alegría coincidir en lecturas e impresiones. Saludos y felices lecturas.