Caligrama, marzo 2023
La libertad en una cárcel de oro, el grito desgarrado de un «bandolero de versos» de la Generación Z.
Editorial Caligrama apuesta con convicción por una obra lírica que se presenta plena de potencia y lucidez, y que nos llega firmada por un poeta emergente, al que habrá que seguir muy de cerca por lo prometedora que se perfila su carrera.
«La cárcel de oro son todos esos pensamientos impuestos por una doctrina y una presión social que desembocan en el desamor, en la pérdida de la identidad propia. La libertad son estos versos que, contrarios a cualquier dogma impuesto, tratan de suplir ese sentimiento por darle alas a la palabra y comprender el mundo para comprenderse a sí mismos». Pensamientos graves, de esta hondura y calado, sobrevuelan con ligereza en una obra de carácter lírico que está tumbando la puerta del mercado editorial después de haber llamado poderosamente la atención de la crítica especializada.
Podemos congratularnos de que no todos los jóvenes actuales viven inmersos en el universo adictivo de las pantallas táctiles. También los hay que emergen de ese mundo paralelo para aprehender la realidad que nos rodea, para oler la tierra que pisamos y llevar a cabo un ejercicio de mirada interior en busca de las respuestas a las preguntas realmente relevantes. Raúl Carnerero Linares es un poeta que ha llegado para quedarse. Su mirada larga, larguísima, preside las páginas de La libertad es una cárcel de oro, un estudio filosófico vestido de pinceladas poéticas que colocan al lector en una galería de espejos, en los que se verá irremediablemente reflejado y acabará haciéndose las preguntas relevantes.
Merece la pena echar un vistazo, sin destripar nada esencial, a sus páginas para paladear la potencia y la cordura con la que se nos presenta una obra apta para lectores de todo tipo… siempre que se consideren con la valentía suficiente de desnudar sus almas ante la belleza y el tino de las palabras apropiadas. Libertad, ¡qué bello término! «La libertad en una cárcel de oro es el grito auxiliador de un interior preso de sí mismo. Es el zarandeo de manos vacías sobre barrotes invisibles, el lamento de unas uñas que rasgan la memoria, el olvido y la melancolía para encontrar un rayo de luz que remiende la oscuridad del penal. Estos versos, de cordura maniatada a las voces del dolor, dan vida a la esperanza que perdió su autor, cargándolos de sentimiento para que la herida sea menos herida y más poema. Tuvo que aullar en silencio, bajo la luna llena, cuando el estigma selló el corazón, y el encierro en una cárcel de oro fue la única opción». Sensacional, no cabe otro adjetivo.
Carnerero Linares es deudor de su Benajemí natal. Por eso, se ve a sí mismo como un bandolero de versos que trata de convivir y entender a sus voces interiores. Sea usted bienvenido, querido lector, a una obra que marcará una raya, un antes y un después, en su manera de comprender esto que hemos dado en llamar vida: «Oculto entre las paredes de estas páginas me hallaba. Entre hojas en forma de cadenas a rastras por una morada huraña, hacia ningún rumbo fijo ni establecido. Esclavo de unos pensamientos que me iban devorando madrugada tras madrugada cual hijo de Saturno, decapitado en una tortura por las dudas esquizofrénicas de un tiempo que no pasa». Magnífico.
Raúl Carnerero Linares (Benamejí, 20 de abril de 1999). Su fecha de nacimiento ya denotaba su profundo interés hacia la música y la escritura, que más tarde ambas llegarían a su vida con las manos repletas de preguntas que solo el tiempo podría responder. Fueron ciudades como Madrid, Málaga y Córdoba las que lo arroparon a una edad tempranera, en las que evolucionó como persona y de las que se nutrió para manchar de amor y dolor los versos que pueblan este libro. Está licenciado en Marketing e Investigación de Mercados por la UMA, pero es mucho más que eso. Carnerero Linares es un alma en expansión.
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