NUESTRA OPINIÓN …
La furia es el primer libro que leo de Alex Michaelides. El autor, muy conocido por el éxito de La paciente silenciosa, publica con esta su tercera novela.
He leído opiniones sobre que, después de leídos los dos anteriores, esta novela no sorprende. En mi caso, que me estreno con el autor, puedo decir que es una novela que me ha sorprendido gratamente en su estilo, en su manera de narrar y en sus giros constantes para llegar a un final en el que todo casa.
La furia está planteada como una conversación entre Elliot Chase y el lector en una barra de bar y por lo tanto esa es la perspectiva que tendremos en todo momento, la de alguien que nos está contando una historia, su historia, ya que como cualquier narrador «real», tiene su perspectiva, sus vacíos que no llena a propósito para que el lector los complete con lo que considere y, sobre todo, su versión de los hechos que nos está contando, guardándose la información que le viene bien para que empaticemos con él.
Elliot Chase es un dramaturgo amigo de una gran dama del cine retirada Lana Farrar,, y nos cuenta la historia de lo que pasó en los días que ellos compartieron en una isla griega junto con un cúmulo de secundarios que no lo son tanto: el marido y el hijo de Lana, la persona de confianza de ésta, una amiga en común de Elliot y Lana, y la persona que se ocupa de «cuidar» la isla cuando ellos no están. Y es que la isla griega en la que comparten esta historia, el centro de todo los hechos que suceden en este libro, es propiedad de Lana y se caracteriza por el viento que la azota de vez en cuando, la furia, y que hace que se puedan quedar asilados en ella.
Como comentaba, La furia está contada de la boca de Elliot Chase, dramaturgo y como si de una tragicomedia se tratara, iremos pasando de acto en acto, conociendo a los personajes de la historia, sabiendo cómo llegaron a conocerse entre ellos y, sobre todo, conociendo las motivaciones que pueden tener para que en la isla se cometa un asesinato, siendo ellos víctima o verdugo. Y sí, desde el principio sabremos que hay un asesinato pero no sabremos ni quién lo comete ni quién es la víctima, de manera que el autor, o Eliot Chasse, nos irán dando datos para dudar de todos, o más bien motivos para demostrar que todos tenían algo que esconder y motivaciones suficientes para matar a alguno de los integrantes de este grupo.
El «juego» del autor será llevarnos con ecos de Agatha Christie, a dudar de todos para después ir desmontando una a una todas las teorías que con maestría ha ido construyendo para nosotros, para que tengamos un relato que creemos que es real y del que poco a poco podremos ver que difiere mucho de nuestros pensamientos iniciales.
Una manera original de narrar, una historia en la que sabemos lo que va a pasar pero no quién lo va a protagonizar y un estilo diferente a todo lo que yo, hasta el momento, había leído. La furia es una novela en la que el viento, el ambiente opresor de la isla, la sensación de claustrofobia que provoca saber que están encerrados en ella sabiendo que hay un asesino dentro de la misma, hacen que el lector quiera saber más y más, quiera seguir pasando las páginas de esta historia en la que cuando te quieras dar cuenta habrás llegado al final.
En cuanto a los personajes, se nota la experiencia del autor en este ámbito. Personajes bien caracterizados, con motivaciones y en los que la infancia que han vivido cobra un papel protagonista en las acciones del presente.
La furia es uno de esos libros que se nota que están trabajados en personajes y en estructura, una novela en la que los continuos giros no evitan que lleguemos a un final sorprendente, coherente y en la que el lector se ha dado por vencido después sentirse «engañado» en varias ocasiones.
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