Universo de letras, mayo 2022
Mª Carmen Navascués Capdevila, la autora de los personajes secundarios, vuelve a la carga con La estela del Peregrino. La segunda parte de la celebrada La Sirena de Fonmiñá ve al fin la luz para regocijo de su creciente tropa de lectores y para atornillar una nueva forma de desplegar narrativa histórica: la creación de un género donde los secundarios acaban gobernando la trama.
Lo cuenta la propia autora, Mª Carmen Navascués Capdevila. Su trabajo de genealogista la llevó hasta la bella localidad lucense de Mondoñedo; allí, una fuerza de difícil explicación, cimentada en una serie de aparentes casualidades, pareció estar empeñada en conducirla hacia un particular edificio. «Una fuerza misteriosa, llamémosle Universo o Destino, me empujaba una y otra vez hasta ese lugar al que en principio no le presté mayor atención, ya que estaba concentrada en encontrar nuestro alojamiento». Hasta ese momento, todo parecía normal. Sin embargo, tan solo un día más tarde se enteró de que se trataba del antiguo orfanato de Mondoñedo… que resultó ser, a su vez, la casa cuna donde habían criado a Vicente, uno de los tatarabuelos de su marido. «Entonces pensé que aquello no podía ser una simple casualidad y decidí escribir una novela… aunque en el segundo capítulo introduje un personaje secundario, Sabela, que poco después se apoderó de ella». Esta Sabela es la protagonista de la celebrada La Sirena de Fonmiñá, una obra que ha sido largamente aplaudida por la crítica y cuya segunda parte ve ahora la luz de la mano de la editorial Universo de Letras.
Bajo el sugerente título de La estela del peregrino, Navascués vuelve a centrar su mirada en los (aparentes) personajes secundarios para armar una extraordinaria trama conducida por un juego de espejos donde nada es lo que parece y que desemboca en reflexiones de enorme hondura sobre los grandes interrogantes que gobiernan la condición humana. «Con esta nueva novela, me ha vuelto a suceder lo mismo que con la anterior: los recién llegados han copado el eje principal de la trama; y, además, se han adueñado del título. Y yo ya no puedo, ni quiero, olvidarme de los que llegaron antes; por lo que esta vez he logrado que convivan unos con otros, así que me parece lo más justo que ambos compartan la portada».
Con una prosa de gran nivel y una documentación de primera, Navascués nos habla ahora de Sabela y Bertiño, sus dos personajes más icónicos, que tratan de iniciar una nueva vida… aunque la felicidad no les dura demasiado. Oscuros nubarrones acechan. Por otro lado, un grupo de peregrinos franceses, que había huido de la Revolución, comienza un periplo desde Francia hasta Galicia, a través del Camino Francés en busca de una valiosa reliquia. El ritmo de la lectura, tan vívida, hace pensar en la posibilidad de que la novela de el salto a un formato audiovisual, ya que atesora todos los elementos necesarios para ello, mediante la inclusión de inteligentes giros conjugados con posos de profunda reflexión.
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