Caballo de Troya, enero 2025
Gabriela Wiener, nueva editora de Caballo de Troya. Dile hola a la literatura de las yeguas del sur.
Gabriela Wiener asume la edición de Caballo de Troya 2025 – 2026 que ahora se convierte en Yegua de Troya
Para componer el catálogo hípico 2025-2026, las portadas se tiñen de color marrón y nos regodeamos en escrituras sudakas, vidas de malinches, memorias bastardas, fronteras rotas, amores en los conos y en la diáspora, porque toda apuesta artística debe ser también una apuesta política.
«En el caballo de madera se escondían las potrancas rabiosas de alocadas crines, dispuestas a contaminarnos un poco con el fulgor del apocalipsis. En su asalto a la ciudad letrada, las yeguas del sur hablan la lengua del fuego, las palabras del monstruo, el eco del cruce y el desierto»
Cada año un editor invitado pone su impronta personal al catálogo de Caballo de Troya , que sigue apostando por las nuevas voces. En 2025, Gabriela Wiener recoge el testigo de Sabina Urraca (editora invitada Caballo de Troya 2023 – 2024) y asume el cargo dejando al descubierto lo que escondía el caballo de madera: potrancas rabiosas de alocadas crines. Llegan las yeguas del sur que hablan la lengua del fuego, las palabras del monstruo, el eco del cruce y el desierto. Llega Yegua de Troya.
Comenzamos el año de las yeguas con una hermana y un puñado de secretos velados a ritmo de una cumbia fantasmal en una noche de familia y vecindad, mirándole a los ojos a la muerte sin poder dejar de cantar temazos ni verdades. Seguimos con las treinta y dos piezas dentales de un territorio en juego, de un cuerpo mexa como una rayuela devastada en la que descifrar el pasado en el futuro con un lenguaje quebrado de maxilares teóricos e incisivos poéticos. Poco después, las negras prófugas del barco esclavista transforman el dolor en política, tejen juntas la memoria retrofuturista del cimarronaje y la resistencia. ¿Y a dónde van las viudas del poliamor? Se besan en una cama ahora más grande y más carnívora, asediadas por lo único que no estaba en el contrato: qué se hace cuando este termina. Al otro lado de la frontera múltiple, una mujer que fue niña hace sonar sus seis lenguas bífidas contra el poder y las memorias represivas. Y para terminar un cuasi manifiesto del cuerpo naco de vuelta de todo, cansado del amor colonial y mil guerras culturales.
Pino Luna , escritora, leporina, dice que sus palabras son sus costillas, eso que la sostenía cuando su cuerpo tomado por un síndrome de nacimiento era sometido a cirugías y hospitalizaciones. La única palabra que Lucía Calderas, bisnieta de la última mujer mazahua de la familia, recuerda en este idioma es «Chotrji in tee», que quiere decir «cállate». Cuando habla, escribe, baila o ríe, la frase resuena en los rincones de su cuerpo como heredera de una lengua de la cual recuerda solo el silencio. A Yolanda Arroyo Pizarro su abuela le contaba las historias de sus propias abuelas: las negras que llegaron en barco, las negras comadronas, las negras que pavimentaron caminos, las negras que crearon mapas con sus trenzas. Cuando murió, empezó a dictarle las historias en sueños. Tamara Grosso es poeta y argentina, trabaja en el mundo del libro en Barcelona, migró desde Buenos Aires con su trío poliamoroso y por ahora, contra todo pronóstico y sentido común, todos se mantienen vivos y felices. Luciana De Mello es argentina, pero su familia viene de una frontera abierta donde se habla portuñol. Ahora vive en otra mucho más fría, la de Irlanda del Norte o el Norte de Irlanda y no es una diferencia inocua (ni una casualidad que haya acabado ahí). Cuando estalló el #MeToo, Cynthia Híjar, conocida como «Feminasty» en las redes, neovedette y creadora de un cabaret antifascista, educadora popular experta en trauma, se inventó el desternillante personaje del aliado Nacho Progre y, desde entonces, para ella todo lo que comienza como tragedia acaba como comedia.
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