NUESTRA OPINIÓN …
10 años han pasado desde que se publicó El guardián invisible, una novela que desde que leímos tuvimos la seguridad que iba a ser el inicio de una próspera carrera para su autora Dolores Redondo. Está claro que no nos equivocamos, y si aquella fue el comienzo, creemos que Esperando al diluvio es un paso más allá, es la confirmación absoluta de que esto, todavía, no ha hecho más que empezar.
Dolores Redondo toma la figura de Jonh Biblia, un violador y asesino en serie cuyo caso sigue actualmente abierto y sin resolver, para crear una trama en la que traslada a este asesino y a un policía obsesionado con su búsqueda y que ha acumulado una ingente cantidad de información sobre él, a Bilbao, una ciudad donde el primero encontrará el terreno abonado para poder camuflarse con facilidad y volver a matar; mientras que el segundo no cejará en su empeño de darle caza y que la justicia actúe contra este asesino en serie.
Me ha gustado mucho como ha creado Dolores Redondo estos personajes y cómo a través de la investigación de Sherrington y la información que ha ido obteniendo con meticulosidad, nos adentra en la personalidad de Biblia, cómo con los métodos de investigación de entonces, traza un modus operandi y los rasgos de su mentalidad asesina y cómo, incluso, es capaz de anticipar sus movimientos. Un criminal y un investigador muy a la altura el uno del otro.
Hay que destacar la excelente ambientación, donde Scott Sherrington, en su persecución de John Biblia, se encuentra una ciudad tan parecida a Glasgow, aquella de la que proceden, y en la que el clima, la violencia y el ambiente pestilente de las calles, y el daño que está causando la heroína, hacen que una parezca el espejo de la otra. Ese Bilbao con sus bares, sus cuadrillas, sus pintxos y sus txikitos de vino, con la tensión social que se vivía en aquel momento, el contexto en aquellos días donde ETA estaba continuamente de actualidad, la idiosincrasia de la ciudad y aquel diluvio que cayó sobre ella, que la convierten en eje de la trama, y en un personaje más de la novela.
Y si Bilbao es protagonista, la radio es sin duda un secundario de excepción, esa radio tan ligada a la vida de tantos, sobre todo a los de esa generación para los que radio formaba parte de nuestra vida, y la sigue formando. Esa banda sonora de los 40 principales de la FM que no faltaba en ninguna casa, y esas canciones dedicadas. Esa radio con la que te acostabas y te levantabas y siempre en algún lugar de la casa estaba encendida.
Esperando el diluvio no es una novela con un ritmo trepidante, es más en alguna ocasión nos puede parecer un pelín lenta, pero nos mantendrá pegados a sus páginas con la intriga y el suspense que caracterizan a Dolores, además de la trama bien urdida, los personajes que ha creado y la magnífica ambientación a la que he hecho referencia. Como creo se desprende de esta opinión Esperando al diluvio es una novela que me ha gustado mucho y que recomiendo sin ningún género de duda.
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