Universo de letras, diciembre 2022
Atrapasueños, el sorprendente thriller que es capaz de colocar al lector dentro de la mente de un asesino en serie.
Salta al mercado literario, de la mano de la Editorial Universo de Letras, una vibrante novela que escarba en lo más recóndito de la psique humana; su título: Atrapasueños. El color de la muerte.
No todas las novelas son iguales y sirven únicamente como un medio de evasión de la rutina. De vez en cuando surge alguna narración luminosa —aunque en este caso gire en torno a acontecimientos oscuros y turbios—. Tal es el caso de Atrapasueños. El color de la muerte, un sólido thriller psicológico que la fértil Editorial Universo de Letras, perteneciente al Grupo Planeta, pone estos días en circulación. Por muchos motivos podemos referirnos a esta narración como un tormentoso festín literario, todo un reto para lectores valientes y no melindrosos.
La sorprendente capacidad del autor para introducirnos dentro de la mente de un despiadado asesino en serie es algo digno de elogio. Lo consigue con tal finura y habilidad que un lector medio sentirá la tentación de ponerse de su parte y de tolerar su peculiar manera de comportarse en la vida. Por supuesto, todo tiene su origen en un trauma de la niñez; en este caso, el asesinato de su madre.
Pasados los años, este personaje tan angustiado y dolido decidirá acabar uno por uno con los compañeros de una beca que ha logrado para cursar estudios en Canadá. Uno tras otro acabarán cayendo en una suerte de ceremonia fúnebre que no estará ausente de ciertas obsesiones sexuales. No caben dudas de que nos encontramos ante una obra especial, de las que marcan un antes y un después en sus lectores. Francisco Gómez Flores (Texcaltitlán, México, 1995) es el firmante de tamaña novela y un nombre al que habrá de seguir muy de cerca por lo prometedora que se vislumbra su carrera como contador de historias.
¿Un vistazo a la calidad de su prosa sin desvelar demasiado del interior de las páginas? Ahí va: «Sintió como una pesada bota comenzó a presionarle el abdomen y vio que una mirada cargada de lástima se enfocaba en su rostro suplicante, la bota le golpeaba lentamente hasta que pisó con furia y presionó para que la empuñadura destrozara su ya atrofiada columna vertebral. Por fin todo su cuerpo reposaba apoyado en el pasto, el sufrimiento terminó con la última lágrima que llegó hasta su pecho, donde yacía el corazón que hasta el último segundo latió por su madre». Literatura de muy alto voltaje. Algo electrizante. Tenga cuidado con los atrapasueños…
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