Taurus, agosto 2024
Meditaciones, es una invitación a desprendernos de lo incontrolable y tomar las riendas de lo que sí depende de nosotros para convertirnos en «escultores» de nuestros pensamientos, nuestros juicios y nuestros deseos.
Marco Aurelio escribió sus reflexiones en un momento en que, enfermo y de expedición a las salvajes orillas del Danubio, sentía ya cercano su fin; quería repasar el pasado de su existencia en una memoria sumaria, y juzgar por última vez el valor de las cosas humanas, que estaba a punto de abandonar. Pero el Emperador no nos excluyó de su monólogo; y si se tomó la molestia de ponerlo por escrito, en una lengua que no era la suya, fue porque quería
que otros también se beneficiaran de él.
Un hito de la filosofía estoica y un «manual de crecimiento personal» anterior a nuestro tiempo, contiene los pensamientos filosóficos de un antiguo esclavo bajo el yugo romano, y nos ayudan alcanzar la libertad y la paz de espíritu frente a los altibajos, en última instancia incontrolables, de la vida humana. Nos instan a «desprendernos» de lo que no podemos controlar de nosotros mismos y de nuestro destino -nuestra belleza, nuestra salud y nuestro lugar en la sociedad- y, en cambio, a tomar las riendas de nuestra alma y convertirnos en su propio arquitecto y «escultor» dominando nuestros pensamientos, nuestros juicios, nuestros deseos y, sobre todo, nuestra voluntad.
Marco Aurelio fue un emperador romano, filósofo estoico y escritor que nació el 26 de abril de 121 en Roma y murió el 17 de marzo de 180 en Sirmione (según Tertuliano) o Vindobona. Fue el último de los gobernantes conocidos como los «Cinco Buenos Emperadores» y el último emperador de la Pax
Romana, un periodo de relativa paz y estabilidad para el Imperio Romano. Fue cónsul romano en 140, 145 y 161.
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