NUESTRA OPINIÓN …
Soy seguidora de las novelas de Inma Chacón desde Tiempo de arena, novela que resultó finalista del Premio Planeta en 2011. Desde entonces, creo que no ha habido ni una sola de sus novelas que no haya pasado por mis manos y en cada una de ellas he encontrado horas de espléndida lectura. Los ojos de Bruna han vuelto a conseguirlo.
En la Casona la Cumbre ha tenido lugar un asesinato. La hija del Vizconde de Altaslomas ha sido asesinada en los pocos minutos que su tía la ha dejado sola cuando ha ido a rellenar un quinqué.
No es la primera vez que la muerte visita la casa de forma cruel. Hace años la madre de la víctima murió en un incendio en el que ella quedó ciega.
Sobre el asesinato de Bruna hubo una primera investigación que llevó a cabo el propio Vizconde y padre de la víctima, dueño de la aldea y de gran parte de las fincas de la comarca que además ejerce como alcalde de la localidad. Él fue quien realizó un examen de los hechos, y no cesó su investigación hasta dar con el arma del crimen en casa de los presuntos asesinos, procediendo a su detención y entrega al Juzgado Provincial. Pero el juez que lleva el caso no lo tiene claro y decide continuar con las investigaciones, no vaya a ser que se haya detenido a unos inocentes, así que ordena que se lleve a cabo una nueva investigación por la Guardia Civil para asegurarse de que todo ha sido como consta de aquella que se realizó en un primer momento.
Lo que a primera vista nos podría parecer una novela policial, en realidad no es tal, o por lo menos no solo eso, ya que lo que en ella vamos a encontrar, y utilizando la investigación que hacen los dos miembros de la Guardia Civil, es un análisis de las relaciones humanas a través de sus personajes. Un relato donde las apariencias engañan y cada personaje esconde más de lo que desvela, en el que todos callan y todos mienten.
Los ojos de Bruna es una novela costumbrista, un gran retrato de las clases sociales rurales del siglo XIX. Está ambientada en una zona de terratenientes y latifundios en la que se daba una situación de sumisión muy fuerte entre señores o amos y siervos, que veremos a lo largo de la novela mediante las relaciones que se relatan entre el vizconde y todos los que están por debajo de él.
Seremos testigos de cómo el Vizconde se cree amo y señor no solo de las tierras, sino de todos aquellos que trabajan y viven en sus dominios, ya sean tierras, negocios o en la casa. Un mundo en el que el Vizconde no va a ser el único que herede el título y las posesiones, sino que todos los que trabajan para él heredan el empleo de sus progenitores y su lugar en la casa y en la hacienda. Una tradición ésta, vista desde el lado de la imposición, como si de una condena se tratara, ya que todos los siervos se hallan atados a ese lugar y a lo que se espera de ellos, sin que puedan huir de su futuro. Aunque siempre habrá alguien que intente escapar de su destino.
En Los ojos de Bruna vamos a encontrar una novela con una estructura muy compleja y muchos personajes, cada uno con su propia voz y su propia historia, en la que veremos cómo ésta última influye en sus vidas. En ella también vamos a ver una mezcla de muchos géneros: intriga, misterio, amor, costumbrismo y también historia, ya que en ella vamos a encontrar referencias a las muchas cosas que sucedieron durante el Siglo XIX, el siglo de los inventos, de los grandes hallazgos de la ciencia y del progreso.
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