EL CUARTO DE LA PLANCHA – INMA CHACON

NUESTRA OPINIÓN …

Desde que quedó finalista del Premio Planeta, creo que no me he perdido ninguna de las novelas que ha publicado Inma Chacón. Me gusta su estilo, su forma de contar las cosas, por eso, no soy capaz de resistirme ante cada nuevo titulo que presenta, y El cuarto de la plancha no ha sido una excepción.

En este caso Inma Chacón nos trae un libro muy personal, no en vano lo que vamos a encontrar en El cuarto de la plancha son las historias y anécdotas de su familia que escribió para su madre cuando estaba muy mayor, para que no se perdieran y es, sobre todo, un homenaje y un reconocimiento a su madre, una mujer valiente que se quedó viuda muy joven con 9 niños, entre 14 y 5 años, y se vino a Madrid para darles una educación y un futuro a sus hijos. Una mujer que pese a los contratiempos siempre ha mostrado a los de su alrededor la mejor cara de la vida, siempre con una sonrisa en los labios, una mujer a la que siempre todos han reconocido y recordado por su dulzura.

Y en ese homenaje a su madre y a su familia, Inma Chacón ha querido englobar a todas las madres, por eso en su novela no hay nombres, porque las madres para cada uno de nosotros no tienen nombre, son, sólo, nuestra madre.

En El cuarto de la plancha, como no podía ser de otra forma, Dulce también ocupa un lugar especial.  En él Inma nos muestra la relación tan especial que tenía con su gemela, que es como siempre se refiere a ella, cómo se sentían por el hecho de ser gemelas, su compenetración y su dualidad, cómo eran en realidad y cómo las veían y las imaginaban los demás. Ellas tenían una relación muy intensa, una unión fuerte y sólida, indestructible, en la que nadie se podía interponer. Una relación que nunca fue de sumisión ni dependencia, en la que no había envidia, en la que nadie ganaba, una relación generosa en la que siempre hubo respeto y nunca peligro de anulación de la otra.

En El cuarto de la planta, con sus idas y venidas en el tiempo, he acompañado a Inma Chacón en su viaje por sus recuerdos, a la vez que ella me acompañaba en el mío. Según me iba llevando a sus días de colegio, a los de verano de su infancia, a los que compartió con su padre que se fue tan pronto, a lo que supuso para ella su muerte y la de su gemela, y otros muchos momentos más, ha hecho que afloraran en mi otros parecidos, algunos de ellos vividos y a menudo recordados, y otros que, como a ella también le pasa, han quedado relegados, medio olvidados, en un rincón de mi mente, y en los que es suficiente una chispa para que me asalten como si hubiesen sucedido ayer, aunque muchos de ellos no sepa si lo que me llega es tal cual sucedió o he rellenado a mi antojo algunos huecos y he terminado por tenerlos como ciertos.

Es difícil no sentirse identificado con esta historia cuando se han tenido vivencias parecidas y algunos hechos muy relevantes en nuestras vidas, no en vano, con algunos años de diferencia, hemos compartido una época; aunque los sentimientos no tienen ni entienden de épocas, siempre están ahí.

Inma Chacón ha escrito un libro lleno de reflexiones, de sentimientos, de anécdotas de ella, de su madre, de su familia y de sus antepasados; un libro que habla de la memoria y la desmemoria, del miedo a la muerte, de las vidas que todos tenemos que comenzar a lo largo de nuestra vida, de las pérdidas. Un libro en el que cualquiera de nosotros puede verse reflejado porque es la vida misma.

FICHA DEL LIBRO

FRAGMENTO

1 Comment

  1. Margari

    No sabía de esta nueva novela de la autora. Terminará cayendo, que me gusta mucho su forma de narrar.
    Besotes!!!

    Reply

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