Universo de letras, octubre 2024
La raíz de los vientos, la colosal novela de fantasía que nos muestra cómo la humanidad cambia su grado de consciencia
La siempre inquieta Editorial Universo de Letras propone este verano una narración con la que el mexicano Adrián Ochoa Álvarez se consagra como todo un alquimista del relato con un personaje para la posteridad: Téfaklon.
Su usted gusta de novelas generosas en su dimensión, plagada de giros y subtramas, además de ofrecer tintes propios de una tragedia shakesperiana, dese por satisfecho. La Editorial Universo de Letras, siempre al quite para servir de altavoz a los talentos literarios emergentes, ha decidido apostar con firmeza por una soberbia narración de literatura fantástica que nos llega firmada por el intelectual —además de actor y atleta— mexicano Adrián Ochoa Álvarez, un nombre que probablemente todavía no le diga nada, pero que haría bien en subrayar con rojo sangre, por lo prometedora que se presenta su carrera como contador de historias.
La raíz de los vientos no es solo una excepcional fuente de entretenimiento —lo cual no es poco, dados los tiempos líquidos actuales en los que gobiernan las secuencias de vídeos cortos y las pantallas táctiles—, sino que se trata de un guante lanzado al lector que se considere intrépido para aceptar lo que se puede considerar como todo un desafío literario.
La trama presenta una enorme capilaridad, lo que podríamos calificar como un barroquismo ligero, y pivota sobre una serie de personajes que se ven obligados a ejercer su condición de inesperados héroes a través de una serie de caminos y de planos temporales que el autor es capaz de sincronizar y anudar con maestría. La sombra de Téfaklon, una suerte de demiurgo que encarna el anverso y reverso del bien y el mal gobierna una narración memorable en la que el lector tendrá la última palabra para decidir de qué parte está la razón moral. El simbolismo presente en la obra permite entender al lector suspicaz cómo la raza humana puede evolucionar en consciencia.
Antes de cerrar esta nota, es buena idea paladear la potencia de una prosa que funciona como un campo de batalla. «Por fin, llegó el momento tan esperado por los adoradores de dragones. Las dos lunas aparecieron con sus velos de color verde en el cielo. Antes de la cena real, todos los soldados de los puestos de vigilancia de las dos torres traseras del castillo fueron sustituidos por soldados de Soua para prevenir infiltraciones de esa expedición. Ellos portaban la toga verde con el casco en la mano, como clave estratégica e indicador de que eran los únicos para estar ahí, por su fidelidad». Excelente mano de escritor, no hay dudas.
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