Edhasa, junio 2022
Francisco Narla publica Balvanera, el mayor robo a la flota de Indias.
Su madre era puta. Su padre, inglés. No tenía apellido cuando el apellido era lo único que espantaba el hambre. Aun así, iluso, Camacho se empeñó en ganarse el pan con el único mérito de ser honrado; y todo se fue al carajo.
A la fuerza ahorcan.
Una puta beata, un indio mudo, un fraile descreído y ese hideputa honrado intentarán robar el mayor cargamento de la historia de la flota de indias.
Al otro lado de la mar océana, en aquella Nueva España de un imperio donde no se pone el sol, en un Yucatán donde la lluvia tropical borraba las misericordias, las bodegas de la Balvanera se estaban llenando con la mercancía más valiosa de su tiempo: el palo de tinte. Y, mientras, la Parca buscaba cobrarse sus deudas…
En el siglo XVI, las casas reales, los nobles, los más ricos comerciantes del viejo continente vestían de negro. De todas las mercancías que llegaban desde las Indias, la más valiosa, la más codiciada, era el palo de tinte.
En el siglo XVI, la península de Yucatán pertenecía a un Imperio donde no se ponía el sol. Felipe II regía los destinos de medio mundo, y el comercio entre un lado y otro del océano hacía las delicias de la Corona.
Los tintes, su valor y su exclusividad, han marcado profundamente la historia y las civilizaciones. El púrpura de Tiro lo fue para la antigua Roma; el estatus de los miembros
más destacados de su sociedad se refrendaba con apenas una cenefa de color en el borde de sus túnicas, y ese mismo púrpura señalaba a los poderosos en el Imperio bizantino, y también ha quedado como herencia para las altas jerarquías de la Iglesia.
Eso mismo sucedió con el palo de tinte cuando, por primera vez en la historia, podía lograrse un negro profundo y único que garantizaba exclusividad a quien pudiera pagarlo.
Así, poco después de su descubrimiento (los nativos amerindios lo habían empleado desde tiempos inmemoriales), los europeos empezaron a comerciar con el palo de tinte, y las cortes y casas más pudientes de todo el viejo continente presumían de dineros vistiendo de riguroso luto. En el siglo XVI hubo períodos en que el total de los envíos anuales pudo superar los tres mil quintales. Media Europa quería comprar palo de tinte, la otra media estaba dispuesta a robarlo si era necesario, y el único país que tenía derechos legítimos sobre el producto, España, terminó por ahogar el comercio a base de limitaciones, impuestos y burocracia. Una triste historia para una materia prima que llegó a alcanzar, ocasionalmente, precios más altos que el oro o la plata.
El palo supuso una auténtica revolución que cambió la moda del viejo mundo, de las tendencias italianas de los años anteriores, vivas en el color y barrocas en el gusto. Ese
novísimo y profundo negro que puso de moda la corte de los Austrias causó tal furor que, como algunos han afirmado, todo el continente se vistió «a la española».
El robo de una mercancía así podía suponer, claro está, una auténtica fortuna… y un diezmo importante para las arcas del rey.
Francisco Narla (Lugo, 1978), es escritor y comandante de línea aérea. Ha publicado novela, relatos, poesía, ensayos técnicos y artículos. Como conferenciante, ha participado en diferentes foros, como centros universitarios o programas de radio y televisión. En 2018 gana el I Premio Edhasa de Narrativas Históricas con la obra Laín. El bastardo que se publicará en marzo de 2018. Polifacético donde los haya, entre sus aficiones y filias se encuentran actividades tan dispares como la cocina, la pesca con mosca, los bonsáis o la moda. Comprometido con la defensa de la cultura, ha abanderado proyectos como Lendaria, destinado a recuperar, proteger y divulgar la tradición mágica de su tierra, Galicia. Novelas de Francisco Narla En 2009 publica su primera novela, Los lobos del centeno, reeditada revisada e ilustrada en 2019. En noviembre de 2010 ve la luz su segunda obra de ficción, Caja negra, reeditada en 2015 y traducida a varios idiomas. En 2012 nos sorprendió con Assur, con la que recibe el aplauso del público y conquista las listas de los más vendidos. Y al año siguiente nos presenta Ronin, que le consagró como uno de los más versátiles y talentosos escritores de novela histórica de nuestro país, género que ha continuado en su trabajo más personal: Donde aúllan las colinas, en Laín. El bastardo y en su último libro: Fierro.
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