Bibiana Ripol, octubre 2019
Hoy os dejamos la entrevista realizada a Raúl Rodrigo autor de Mi receta contra el acoso escolar.
¿Por qué se decidió a escribir Mi receta contra el acoso escolar?
Para poder llegar hasta el último rincón donde alguien pueda necesitar mi testimonio. Llevo ya un tiempo dando charlas en centros educativos, pero me es imposible llegar a todos los jóvenes, padres o profesores que a mí me gustaría. Este libro es la manera de hacerlo posible para cualquiera que lo necesite y lo quiera.
¿Cuál es su receta contra el acoso escolar?
Ciento… ¿cuántas páginas tiene el libro? (Ríe) Es difícil resumirlo en unas pocas líneas, invito a la gente a que lea el libro. Pero si me pides un titular, la receta pasa por la conexión con nuestro corazón, con nuestro ser más amoroso y auténtico. Todos. Víctimas, agresores, padres, profesores. De ahí podemos hablar de atrevernos a contarlo, de por qué no nos atrevemos a contarlo, de buscar nuestro mundo, el que nos hace felices…
¿Qué ingredientes son los fundamentales para combatirlo?
Si me preguntas como aspecto más general, como epidemia social, te diría que conciencia social e involucración de los padres. Cada vez hay más conciencia en las aulas, los profesores están haciendo una labor encomiable, creo que el siguiente paso es conseguir la movilización de los padres. Que reflexionen, que se planteen qué están haciendo o no haciendo para garantizar que sus hijos no son agresores, ni, muy importante, cómplices.
¿Cuál fue su experiencia?
Para mí lo que yo viví no es lo más interesante que tengo por contar, para mí lo interesante de mi historia es lo que yo he hecho con ese dolor. En el libro cuento lo que viví de una manera muy breve, pero lo hago, porque entiendo que si no lo hiciera nada de lo que quiero transmitir tendría sentido ni efecto. Me voy a permitir no responder e invitar a descubrirlo en el libro. Una vivencia así no se puede resumir tanto (Sonríe).
¿Cómo se sintió en esos años?
Solo. Tal y como cuento en el libro, mi mayor herida fue la soledad. Hubo más cosas, pero para mí, lo más dañino, fue los años en los que teniendo que haber tenido amigos, no los tuve. Eso es devastador para cualquier ser humano. La soledad, el aislamiento es una forma
de tortura. Si nos lo hacen siendo niños o adolescentes, sin recursos y sin escapatoria, es desgarrador.
¿Porque lo llamamos bullying, cuándo queremos decir acoso?
Porque nos duele menos. Porque de este modo el término pierde parte de su sentido, de su rotundidad. Por eso. Yo comienzo mis charlas diciendo esto mismo. Yo lo llamo acoso, a las cosas hay que llamarlas por su nombre, para que no se nos olviden nunca lo graves que son. Algunas.
Tal y como comenta en el libro, ¿por qué hay que desmitificar la historia del patito feo?
Porque no es cierta. Porque no siempre nos transformamos en cisnes. Y porque no hay que transformarse en cisne para ser aceptados. Porque nos tienen que querer tal y como somos.
¿Existen síntomas que nos alertan de que alguien está siendo acosado?
Es muy difícil. Pero siempre los hay, otra cosa es que sepamos verlos. Tampoco los padres deben fustigarse por no haberlos visto venir, entre otras cosas porque alguien que sufre acoso trata de hacer lo posible porque en casa no lo perciban. Entre las alertas: cambios en los patrones de comportamiento: alimentación, rendimiento escolar… Pero en ambos sentidos, también los repentinos cambios positivos en el rendimiento académico pueden ser una llamada de atención, una búsqueda de control.
¿Qué le diría a un joven que sufre acoso?
Que lo cuente. Que lo cuente, siempre. Necesita de un adulto que le guíe y le ayude. Y que no dé por hecho que los demás lo saben, porque no lo saben, si no lo cuenta. Le diría mucho más, por eso he escrito un libro, pero si solo me dan treinta segundos, eso.
¿Y a su entorno: compañeros, profesores, amigos, familia…?
Que le hagan sentir a salvo. Que muestren la fuerza que a él o a ella seguramente le faltará en ese momento.
¿Qué propósito persigue con este libro?
El principal y fundamental, sin la menor duda, que alguien que esté sufriendo acoso escolar ahora mismo se sienta escuchado por mí. Que pueda coger el libro y sentir que puede respirar, que a través de las páginas recupera el aliento, que una bocanada de aire fresco le llega directa al corazón. Que sepa que no está solo, que se puede: que hay esperanza.
El tema es lo suficientemente serio como necesario resulta hablar de ello y conocer testimonios. Gracias por la entrevista. Muy interesante.