Roca Editorial, junio 2022
Con motivo de la publicación por Roca Editorial, del libro Nada importante queremos ofreceros la entrevista a Mónica Rouanet.
¿Qué te llevó a escribir sobre la violencia de género?
Recuerdo que comencé a escribir Nada importante durante el confinamiento. En esos días me dediqué a leer, escribir y ver series. Una de ellas fue Expediente X. Creo que soy de las pocas personas de mi edad que no la había visto. Expediente X se estrenó en 1993 y fue una de las series más vistas en todo el mundo. En uno de los capítulos de la primera temporada, un policía dice de un sospechoso: «Cumplió condena por agresión sexual y drogas, nada importante», y ningún personaje le rebate, ni siquiera la agente Scully. Me quedé pensando en que muchísimos hombres y mujeres de diferentes edades y partes del mundo habían recibido el mensaje de que agredir sexualmente a una mujer no es importante y me indigné. De esa indignación surgió esta novela.
¿Has conocido muchos casos personales a raíz de esta investigación o anteriormente?
A lo largo de mi vida profesional he tratado con demasiadas mujeres víctimas de este tipo de violencia y es uno de los temas que más me duelen.
Has situado tu novela en un periodo que abarca 30 años en España. ¿Por qué?
Porque quería que la primera escena, esa en la que contemplamos el primer ataque, perteneciera a esa época en la que la agresión sexual se consideraba «nada importante» y fuéramos avanzando en el tiempo para descubrir cómo había evolucionado este tema a nivel social.
Madrid como gran capital ¿representa todos los peligros que contiene este tipo de violencia? ¿Por qué no Sevilla o Barcelona?
No, tristemente este tipo de violencia se da en todas partes. Lo situé en Madrid porque es donde vivo y me resultaba más fácil moverme por algunas de sus calles.
Regresas a Costadierzo, el pueblo de tu imaginación que creaste en El camino de las luciérnagas. ¿Es importante para ti como autora retornar a tus orígenes mediterráneos?
Para mí es importante regresar, en todos los sentidos. Me encantaría volver a vivir allí algún día.
¿Crees que tu libro se halla más en el género del thriller o en el de la novela social?
Creo que es una mezcla de ambos. Para mí es importante que todo lo que leo y escribo tenga un trasfondo social. Percibimos lo que nos rodea, incluida la literatura, desde una perspectiva del yo, y creamos esta perspectiva a partir de nuestros vínculos. Uno de estos vínculos es el que mantenemos con nuestro entorno social y considero que es bueno que le demos una sacudida de vez en cuando para oxigenarnos y reaccionar ante aspectos que necesitan un repaso.
¿Qué tiene en común esta novela con las anteriores, sobre todo con No oigo a los niños jugar?
La parte social. La referencia a temas que nos atañen como sociedad y que necesitan ser mirados desde una perspectiva diferente.
¿Consideras que se ha ahondado poco en esta temática? ¿Nos hemos acostumbrado a las malas noticias como nos habituamos a ver un volcán en erupción?
Creo que hemos avanzado mucho en estos años. Desde 2004 contamos con la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género y la mayoría de las personas ha cambiado su manera de pensar sobre este asunto, pero sí es cierto que se deberían hacer más cosas. Si continúa ocurriendo es que no se hace lo suficiente para erradicarlo. Cada vez que nos enteramos de un nuevo ataque/muerte por violencia de género nos llevamos las manos a la cabeza y murmuramos un lamento o gritamos una serie de frases reivindicativas. Después volvemos a nuestra rutina pensando que no podemos hacer nada para evitarlo, pero sí que podemos. De hecho, solo
con nuestra tolerancia cero y nuestras frases de condena a los maltratadores ya estamos dando un paso hacia delante.
Tú eres pedagoga y trabajas con personas en riesgo de exclusión desde hace más de dos décadas. ¿Te ayuda hacer ficción a sobrellevar realidades tan duras como las que debes conocer y tratar?
Ficcionar nos ayuda a todos a sobrellevar la realidad. Y lo hace todo el mundo, los que escriben y los que no.
¿Cómo te inspira tu propia realidad, tu contacto con esas personas maltratadas sicológica y socialmente?
Escribir es la manera que tengo de darles voz a través de la ficción.
¿Qué podemos hacer para minimizar el impacto de esta violencia?
Dando credibilidad y apoyo a las mujeres que la denuncian tanto de manera individual como colectiva. A fin de cuentas, lo colectivo depende siempre de individuos implicados. Durante el confinamiento, surgió a nivel mundial un gesto con el que las mujeres víctimas de maltrato doméstico pueden solicitar ayuda a otras personas sin llamar la atención de su agresor (cerrar la mano con el pulgar dentro del puño) y la gente está respondiendo a ese gesto. No hace falta que nos enfrentemos al
atacante, tan solo debemos informar lo más rápido posible a la Policía para que sea ella quien intervenga. Simplemente con ese apoyo a las víctimas ya estamos reforzándolas, dándoles credibilidad. El rechazo a los agresores es fundamental. Debemos condenar cualquier acto o comentario que suponga un ataque a las
mujeres; jamás justificarlos.
¿Es suficiente con lo que tenemos legislado actualmente?
Este es un tema que se debe combatir desde la legislación y atajar desde la educación. Si continúa ocurriendo con la alta frecuencia con la que lo hace es porque no se está haciendo lo suficiente en ninguno de los dos ámbitos, especialmente en el segundo.
¿Qué les dirías a todas las Minervas o Ana Orantes (la primera mujer asesinada por su marido tras denunciar maltrato continuo) existentes?
Que admiro su valentía y que ellas no son culpables ni responsables de nada de lo que les ha ocurrido.
¿Y a sus agresores?
Que no existe justificación alguna ante sus actos y que ellos son los únicos responsables de su violencia.
¿Qué autores literarios te influyen más y por qué? ¿Te ves reflejado en alguno por su estilo o narrativa?
Ojalá la narrativa de los autores y autoras a los que más admiro se reflejara mínimamente en la mía. Cuando la obra de un autor me gusta intento desgranarla para saber la causa e intentar imitarla en mis escritos. Atiendo primero a los personajes y su evolución, a la historia y sus giros, a la verosimilitud, al tipo de narrador y su punto de vista, a la documentación, y a cuáles son las emociones que me genera. Después me detengo en el estilo. Marco las palabras con diferentes lápices de colores: sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, relativos… Así he descubierto con qué literatura me siento más cómoda e intento imitarla. Pretendo escribir aquello que me gustaría leer.
¿Cómo ves el género de la novela negra en España en estos momentos? Da la sensación de que está en continuo auge.
La verdad es que sí, ahora parece que todo lo que contiene algo de intriga es considerado como novela negra. Creo que esto se debe a que se ha abierto un poco el abanico y ya no somos tan puristas. Ahora metemos en el mismo saco negro a la novela azul oscuro y a la gris marengo.
Los certámenes dedicados a esta temática son cada vez más numerosos y ricos en aportaciones. ¿Qué conclusiones sacas tú de ellos? ¿Cruzar opiniones y criterios con otros escritores mejora el género?
Yo creo que sí, cuanto mayor sea la diversidad y el número de puntos de vista diferentes sobre un mismo tema, mayor riqueza. De todas formas, cada certamen dedicado a la novela negra tiene algo exclusivo y diferente que lo hace único. Desde aquí quiero felicitar a todas las personas que forman parte de la organización de estos festivales por su empeño y trabajo en aportar siempre algo nuevo.
¿Qué proyectos tienes cuando esta novela se publique? ¿Qué materia te gustaría abordar que aún no has tocado?
De momento me voy a concentrar en la promoción de esta novela, aunque ya estoy pensando en la siguiente. Los temas por abordar son ilimitados, y eso es lo divertido. Solo tienes que estar atento cuando llamen a tu puerta y dejarlos entrar.
Das clases a futuros escritores. ¿Qué futuro nos espera en el mercado español? ¿Hay mucha gente buena que no lo sabe? ¿Se necesitan más editoriales lanzadas a la caza de nuevos talentos? ¿O una política más abierta de ayuda y promoción?
Me he dado cuenta de que muchas personas buscan aprender a escribir para poder contar así sus propias historias y sentirse bien consigo mismas, organizar sus ideas, ficcionar realidades y lograr comprenderlas. Otras muchas sí buscan aprender a escribir para hacerlo de manera profesional. Es un placer trabajar con todas ellas de manera conjunta porque se complementan entre sí. En los dos grupos he descubierto auténticos escritores y escritoras que tienen el don de despertar emociones en los lectores y mantenerlos enganchados a sus personajes, y espero que quien lo desee consiga tener un hueco en el mercado. De momento, hemos logrado que un periódico local publique de manera quincenal los relatos que trabajan en clase.
Estamos sumergidos en una sociedad que intenta innovar de manera constante en todos los ámbitos y busca siempre siempre nuevos talentos; las editoriales no se quedan atrás y están siempre pendientes de las nuevas voces literarias. Sería mucho más fácil para ellas arriesgarse a apostar por nuevas voces si contaran con un apoyo institucional que las ayudara en la promoción de la cultura literaria.
Esperamos que hayáis disfrutado de esta entrevista a Mónica Rouanet y os animéis a leer Nada importante.
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