NUESTRA OPINIÓN …
Dulce hogar de Pablo Rivero es la tercera novela que leo de este autor a pesar de que cuenta con más en su trayectoria. Después del final de La cría, pensaba que Dulce hogar iba a tener algo que ver con ella pero no, en esta ocasión el autor nos sorprende con una novela totalmente aislada de las anteriores salvo por los pequeños cameos que hacen algunos de sus personajes anteriores por las páginas de esta historia y es, por tanto, también totalmente autoconclusiva.
Dulce hogar es una novela que creo que podríamos clasificar perfectamente en varios géneros ya que, aunque comienza totalmente como un thriller psicológico incluso con algún punto de terror, termina siendo un thriller conspiracional habiéndonos dejado varias reflexiones y críticas por el camino, pero vayamos por partes.
En Dulce hogar vamos a conocer la historia de Julia y Rubén aunque la protagonista absoluta de esta novela es ella. Julia y Rubén llevan un montón de años juntos y muchos de ellos buscando un hijo, tanto que han llegado al punto de la obsesión y esto hace que, después de las súplicas de Julia acaben construyéndose una casa ideal en un lugar idílico y rodeado de lujo para formar así un hogar que les permita empezar una nueva vida y dar llegada al ansiado bebé.
Sin embargo, tener un hogar físico no lo es todo y, cuando llega el momento de inaugurarlo, Julia tiene que hacerlo sola debido a que su marido está de viaje y ese solo será el comienzo de una gran cantidad de los sucesos y pesadillas que vivirá en esa casa. Hay que decir que realmente en la primera parte del libro, diría que prácticamente la mitad, no pasa nada demasiado relevante, el autor nos presenta la situación, cómo se siente Julia en esa nueva casa y cómo es su nueva vida en ese lugar. Creo que esto es un punto a favor del autor porque, no pasando nada en tantas páginas, consigue meterte totalmente en la historia y mantener el interés en una situación así creo que no es tarea fácil. Además, Pablo Rivero logra crear con toda esta primera parte de la novela una atmósfera de ansiedad, miedo e incluso claustrofobia en ocasiones, que traspasa las páginas haciendo que sintamos lo mismo que Julia.
También, en esta primera parte de la historia se nos pone en contexto de la situación por la que está pasando Julia con respecto a sus problemas con la maternidad. Esto nos hace conocerla, saber de dónde viene, por lo que ha pasado y así poder entender las actitudes que tiene más adelante. Además, Pablo Rivero en esta primera parte saca la primera crítica social que existe en este libro y es precisamente a esa presión social que sienten las mujeres para ser madres y cómo son preguntadas una y otra vez sobre ello, por conocidos y desconocidos que no saben las circunstancias personales, y que pueden provocar graves consecuencias psicológicas.
En la segunda parte del libro es cuando la novela coge ritmo realmente y, aunque en cierto momento sí que podemos ver por donde van a ir los tiros, la historia tiene varios giros que nos harán cambiar de parecer en más de una ocasión. Esta segunda parte sí que tiene un ritmo muy rápido y es donde el autor vuelve a recuperar de nuevo ese nexo común en todas sus novelas como es la crítica social, en este caso, una crítica al poder, corrupción y sensación de cierta parte de la sociedad que se creen impunes a todo. Una crítica a «ese todo vale» y a poner por encima los deseos individualistas ante la sociedad o las reglas que están marcadas para todos y que unos pocos pueden saltarse.
En definitiva, Dulce hogar es un thriller muy bien ambientado, con una historia bien hilada y en la que sorprenden los giros de la historia con la tónica a la que el autor ya nos tiene acostumbrados en sus novelas. Una novela con una gran crítica social a temas de actualidad y que logra mantener al lector en tensión de la primera a la última página. Una novela en la que yo misma he sentido el miedo que sentía Julia en esa casa.
A mí este chico me da una pereza tremenda y, aunque veo que te ha gustado, la dejo pasar.
Besos.
Libro aburrido, largo y tedioso donde no pasa absolutamente nada durante las primeras 300 páginas en las que se repite hasta la saciedad en pensamientos mediocres de la protagonista.
Libro irreal con situaciones disparadamente imposibles sacadas de la historia de miedo que te puede contar un niño de 9 años.
Libro con frases típicas y largas y con aburridas descripciones.
Había leído antes de comprarlo que era una supuesta crítica, yo, lo dejo en que es una mamarrachada inverosímil mal contada, en el que los personajes no encajan ni en sus descripciones ni en su comportamiento y donde terminas perdido porque ni siquiera sigue un hilo bien trazado y donde se entremezcla páginas escritas en cursiva, en las que pretende dar pistas de alguna especie de incógnita paralela intentando imitar a escritores como stephen king en algunos de sus mejores libros. Pero todo ello queda en un burdo intento de originalidad que termina liando más al lector sin aportar nada y quedando más ridícula no solo la historia, sino su manera de contarla.
Lo he terminado porque me obligo a terminar todo lo que empiezo, y esta vez me ha costado.
No volveré a leer nada de este autor.