NUESTRA OPINIÓN …
Es cierto que ya había visto alguno de los curiosos títulos para novela negra que nos propone José Francisco Alonso, pero todavía no le había dado una oportunidad. Esta vez no se trataba de un Pisto a la bilbaína ni un Milhojas de jamón, ahora ya habíamos dado un paso más y nos encontrábamos en el Café cortado como dando por finalizada una comida en la que habíamos ido avanzando.
Y si curiosos son los títulos tampoco se queda atrás el caso que nos encontraremos.
En la cama de un piso turístico de Bilbao, la mujer encargada de la limpieza cuando este queda vacío se encuentra un pene. Por la gran mancha de sangre que hay, la víctima de tal amputación tiene que haber fallecido, pero lo cierto es que en dicho piso no está el cuerpo al que tendría que pertenecer el apéndice ¿Quiénes han ocupado ese piso por última vez? ¿Quién es el asesino? y lo más importante ¿Quién es la víctima?
Pero aquí no acaba la cosa ¿Por qué el periódico Correira y su director, Txipirón Gutiérrez, le dan más importancia a la jueza que lleva el caso que al caso en sí? ¿Qué hay tras ese afán de llevar a la jueza en primera plana día tras día?
Este no es más que el comienzo la historia de un caso que la Ertzaintza y la jueza Anne Campuzano deben investigar, contando, para ello, con la inestimable ayuda de su amigo el profesor de Loizaga. Un trío de lo más curioso.
En Café cortado nos vamos a encontrar una novela negra coral, con unos personajes muy pintorescos y un tanto excéntricos, muy bien dibujados, con una trama muy divertida, en la que la ironía y el humor negro juegan un papel muy importante, y en la que tanto la comida como el café están muy presentes, aunque por distintos motivos.
Una novela en la que, bajo esa capa de humor, nos vamos a encontrar temas de total actualidad que, sin duda, nos harán pensar: el poder de los medios de comunicación y la manipulación de estos para fomentar en los lectores una u otra idea e influir en ellos, la identidad de género, la forma en la que los hombres afrontan el empoderamiento de las mujeres y el sentido o cariz que se le puede dar a las cosas dependiendo del sexo de cada uno.
Me ha parecido curioso el detalle de incluir en el texto las portadas del diario Correira dibujadas que aportan un plus a la novela.
Café cortado es una novela original, dinámica, con buenos diálogos, en algunos casos chispeantes, que aportan frescura a la narración. Una trama que se sigue con facilidad, bien resuelta y en la que no quedan cabos sueltos.
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