Universo de letras, marzo 2024
Los Cazadores de Artemisa, la incontestable novela bélica que se funde con los dioses antiguos
La Editorial Universo de Letras, perteneciente al Grupo Planeta, apuesta con firmeza por una obra narrativa tremendamente original: una historia con aires marciales que abre puertas dimensionales a otros planos de realidad.
En un mercado literario como el actual, atestado de novedades editoriales que replican —o tratan de hacerlo— temáticas e historias que ya han supuesto un éxito, resulta muy de agradecer que surja una propuesta abanderada por el riesgo y la originalidad. Tal es el caso de Los Cazadores de Artemisa, la nueva apuesta de la siempre inquieta Editorial Universo de Letras, muy enfocada en detectar talentos literarios emergentes. Haríamos todos bien, pues, en no perder de vista a S. Valentín, un narrador, todo un alquimista del relato, cuya carrera se presenta de lo más prometedora.
La historia que nos propone Los Cazadores de Artemisa, es en sí misma un ejercicio de funambulismo literario, porque se trata de una mezcla de géneros —el de la narrativa bélica y la literatura de fantasía— que, en principio, parecerían tener difícil casamiento. No obstante, el autor sale airoso y triunfante de un reto únicamente al alcance de los contadores de historias más expertos.
La trama parte de una premisa: «Los textos arcaicos y precámbricos describen con más o menos detalle y acierto a unos sujetos antiguamente venerados que a día de hoy ya no despiertan el interés de antaño». Únicamente con literatura de alto voltaje se podrá dar la perfecta cocción de la narrativa militar con la mítica. Este prodigio se encarna principalmente en un personaje protagonista esculpido con las hechuras necesarias para convertirse en memorable e imperecedero: el soldado Antón.
El destino hará que Antón tenga que desenvolverse en escenarios bélicos que todos conocemos tristemente, como puede ser Irak, para asomarse luego al abismo de otros cuyas referencias se pierden en la noche de los tiempos, cuando los antiguos dioses decidieron mezclarse con la raza humana. El resultado es una novela que se maneja en distintos planos de realidad y que merece calificarse como un festín literario. Los lectores hemos de sentirnos felices al saber que el final deja entreabierta la posibilidad de una nueva entrega con más aventuras de nuestro Antón. Amén.
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