Entrevista a Alberto Simoncini

BR Comunicación, marzo 2025

Con motivo de la publicación del libro El coraje de romperse queremos ofreceros la entrevista a Alberto Simoncini.

¿Cómo han influido tus experiencias personales en tu trabajo como terapeuta?

Me considero una persona muy afortunada. Sin embargo, soy consciente de que he sufrido muchas pérdidas. Soy quien soy por lo que he vivido y por los retos a los que he tenido que enfrentarme. Lo que utilizo en terapia lo he aplicado en mí en algún momento de mi vida.

La gente suele relacionar el duelo con solamente la pérdida de un ser querido pero, ¿Qué es exactamente?¿Cómo lo definirías?

El duelo es el proceso de integración de una o más pérdidas. Integración en la narrativa personal, lo que una persona se cuenta de sí misma y de su vida.

La pérdida de un ser querido humano es solamente una de muchos tipos de pérdida. Un duelo es la actualización a la vida que no quería vivir.

¿Dirías que todos los duelos pueden llegar a superarse?

«El duelo se supera» es como decir “el duelo ya no se hace falta” porque la pérdida se ha logrado integrar.

Hay pérdidas que es difícil integrar, como por ejemplo la muerte de un hijo, el abuso sexual o psicológico o las vivencias durante un conflicto bélico.

¿Qué papel juega el miedo en el proceso de un duelo?¿Llorar refleja fortaleza o debilidad?

Los principales miedos que hay en un duelo son el miedo a no lograr salir de allí y el miedo a volver a pasar por lo mismo. La terapia ayuda justamente a que estos miedos no bloqueen el proceso de sanación.

Llorar refleja fuerza, madurez, coraje.

¿Existe algún tipo de diferencia notoria, que tú como terapeuta hayas experimentado, entre hombres y mujeres a la hora de afrontar un duelo?

Sí, los hombres cuando lloran se disculpan. Las mujeres, no. Nos cuesta mucho compartir nuestra vulnerabilidad, nuestros miedos. Todos los hombres deberían ir a terapia, en algún momento de su vida. Especialmente los que aparentan más seguridad, sea con el cuerpo, con el dinero o con la inteligencia.

¿Crees que en la actualidad la muerte es un tema tabú en nuestra sociedad?

Sí lo es, aunque, afortunadamente, cada vez se habla más de ella. Cuanto más hablemos menos tabú será. Sin muerte no hay vida. La vida necesita nacimiento y muerte para que todo exista, sea un ser humano, una montaña o una galaxia. Nosotros queremos siempre entenderlo todo y, lo que no entendemos, nos da miedo. El nacimiento lo hemos logrado explicar, de alguna manera, la muerte, todavía no.

Debemos aprender a amar lo que la muerte no puede quitar: la vida. La vida siempre sigue.

Te consideras un superviviente, ¿Por qué? ¿Has superado alguno/s de los 10 distintos tipos de duelo que ofreces de ayuda como terapeuta?

Cada uno de nosotros sobrevive a algo o a alguien. Somos supervivientes, somos milagros bípedos por el hecho de estar vivos.

Lo que más me costó superar fueron las dos depresiones profundas. Solamente quien ha tenido depresión puede entender la que significa estar en un agujero negro.

Como terapeuta y formador especializado en duelos y pérdidas ¿Qué es lo que más te ha impactado en tu trabajo?

Lo que más me impacta es la capacidad de superar las experiencias más duras, más difíciles. La fuerza para levantar la cabeza, para buscar belleza cuando nadamos en las cloacas. Y la belleza que somos capaces de generar en nuestro corazón y fuera de nosotros. Creo que cuando sufrimos mucho y el corazón se rompe, sucede algo en nosotros que nos da la fuerza para crear una energía sanadora alrededor de la herida.

¿Cómo logras que las  experiencias de tus pacientes no te afecten directa o indirectamente?

La terapia no puede no afectar el terapeuta. Cuando tienes una persona cerca que está sufriendo, si no empatizas, entonces no estás vivo.

Yo lloro con mis pacientes (durante o después de las sesiones) y esto me permite seguir vivo, sensible y no bloquear ninguna emoción dentro de mí.

¿Qué es para ti una vida rota?

Una vida rota es una esperanza rota y una historia incoherente. Vivimos esperando que las cosas vayan como nos gustaría que fuesen.

Cuando es así, decimos que somos felices y la nuestra es una vida muy bonita.

Cuando no es así, nuestra historia ya no nos gusta, no le encontramos sentido y empezamos a sufrir. Superar un duelo significa también reflexionar sobre por qué la pérdida me hace sufrir e implica resignificar toda la narrativa de mi experiencia de vida.

Esperamos que hayáis disfrutado de esta entrevista a Alberto Simoncini y os animéis a leer El coraje de romperse

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