Hace unos días tuvimos la suerte de participar en un encuentro en la Casa del Libro con Jordi Llobregat para hablar de su segunda novela No hay luz bajo la nieve.
Tras la introducción que llevó a cabo Alba Fité, no perdimos el tiempo y enseguida entramos en harina.
Jordi Llobregat ha tardado 4 años en publicar No hay luz bajo la nieve, su segunda novela, debido en gran parte a la larga promoción que tuvo de El Secreto de Vesalio gracias a la buena acogida fuera de nuestras fronteras, motivo por el que estuvo mucho tiempo viajando fuera de España. Una promoción que le ha brindado la oportunidad de ver en lo que coinciden y en lo que no los lectores de los diferentes países.
No hay luz bajo la nieve tiene su origen en una fotografía de unos seminaristas, tomada a principios de siglo, que vio en la visita a un monasterio y en la que le llamó poderosamente la atención la expresión tan diferente de los rostros de los que aparecían en ella: odio, inocencia, etc. Tanto fue así que estuvo muchísimo tiempo observándola. Observación de la que surgió la idea de que algo tenia que suceder en ese grupo para que se apreciaran todas esas emociones.
El cuanto al entorno escogido, lo tuvo claro tras una caminata. Quería reflejar lo que había vivido en la montaña. Un lugar muy bello, en el que se respira paz y tranquilidad pero en el que en cualquier momento todo se da la vuelta y te encuentras que todo lo que llevas resulta inútil y lo único que quieres es sobrevivir. Quería que la montaña fuese un personaje más, que fuera algo vivo que interactuase con otros personajes.
En cuanto a los personajes, Jordi Llobregat nos dijo en este encuentro que tenía claro que quería como protagonista un personaje femenino y, de hecho, son tres mujeres las que tienen gran importancia en esta novela.
El hecho de que hasta hace poco en el mundo literario los héroes siempre fueran hombres le hizo reflexionar sobre la falta de heroínas femeninas, algo que podría y debería ser diferente, y además es injusto.
A Jordi Llobregat desde siempre le apetecía crear protagonistas femeninas. Piensa que el que un personaje sea hombre o mujer no tiene porqué influir para que sea un buen personaje ni le cuesta especialmente trabajar en ello, ya que no cree que al final las diferencias sean tan grandes, aunque si hay singularidades que le gusta abordar.
También nos comentó que su intención siempre es hacer una novela sencilla pero al final todo se complica, así que se encontró con uno de esos puzzles literarios que le gusta montar, con piezas que provocan confusiones y el lector quiere atesorar porque no sabe dónde o cuándo las va a necesitar.
Mientras escribe suele trabajar con muchos esquemas, lo que hace que después tenga que desechar muchas páginas aunque se trate de piezas maravillosas porque no encajan. Por ejemplo en esta novela una de estas piezas la rehizo 14 veces hasta que quedó completamente a su gusto pero después se dio cuenta de que no podía usarla y fue a la basura.
En una novela como ésta el hilo tiene que ser claro ya que se va a tratar de un árbol con muchas ramas que estén bien entroncadas. Asimismo es importante el ritmo, el tono y la estructura, hay que crear un equilibrio, y trabajar mucho la estructura para que al lector le sea fácil seguir la historia.
Haciendo referencia a los géneros son varios los que nos vamos a encontrar en No hay luz bajo la nieve: histórico, terror o suspense, novela negra, una historia de amor, ya que más allá de los géneros a él como lector lo que más le atrae son las buenas novelas, y como tal le interesa que en las suyas la historia funcione y cuenta las cosas que quiere contar teniendo siempre en cuenta que le resulte interesante al lector y que no se aburra ni se pierda.
Cómo podréis suponer fueron más los temas que tratamos y las cosas de las que hablamos en este encuentro, pero puede que si os contamos todo os descubramos demasiado y No hay luz bajo la nieve es una de esas novelas en las que el lector tiene que ir montando un puzzle, ese puzzle que Jordi Llobregat ha creado, dejándonos una historia que debe ser leída.
Una novela muy recomendable y un encuentro fantástico, es todo un lujo poder comentar las lecturas con los autores.
Besos.
Cómo me gustan los encuentros mano a mano con los autores, acudo siempre que puedo.
Besitos.
¡Qué maravilla tuvo que ser este encuentro!
No pude ir y lo peor, a Valencia tampoco pude por el temporal. Me queda leer el libro que estoy en ello.
Besos
Gracias por la crónica. Tengo a Vesalio sin leer todavía. A ver si me pongo porque no hay manera de sacar adelante todo lo que una quiere. Besos