Así que llegado el día nos presentamos en el lugar del encuentro La Jefa un sitio muy agradable con un saloncito en la parte de abajo del local muy cómodo y adecuado para los que íbamos a compartir en encuentro.
El encuentro fue una charla con momentos bastante divertidos en los que Javier comentó que había partes de la novela que habían sido eliminados o habían sufrido una transformación no en cuanto a los personajes pero si en cuanto a la acción, intentando ser más justo porque tal y como estaban al principio tenía la sensación de que le hubieran ocasionado algún «problema», refiriéndose a ciertos pasajes que tienen que ver con los personajes cántabros en los que es un tanto crítico, ya que cree que al haber nacido allí y tenerlo cerca estás obligado a serlo, que «no vas a ser crítico con lo que no conoces». Nos comentó que a él personalmente no le gustan las personas que sacan pecho de lo que es por casualidad, como ser cántabro, y por eso lo hizo.
También comentó que esta novela le ha ayudado a conocer Facebook y entre las risas de todos confesó que se alegraba de haberlo conocido. Aunque tenía cuenta no lo utilizaba e iba a buscar la contraseña que tenía perdida y volver a poner en marcha su perfil, además los estábamos allí le intentamos convencer de que debía hacerlo como otros muchos escritores que tenían allí la página de su novela en la que colgaban reseñas, encuentros, etc., y al estar todo junto en el mismo sitio es más fácil de consultar y las cosas quedan ahí frente a la inmediatez del Twitter en donde todo se pierde.
Estos argumentos parece que convencieron a Javier y que estaba dispuesto a retomar esta red social de la que habla en su novela, aunque reconoció que hasta este momento entre Twitter y Whatsapp le había parecido que no necesita más, quizás debido a su trabajo y al uso que para ello ha dado a estas redes.
También nos comentó que su madre se había emocionado cuando había leído la novela, entre otras cosas porque para el personaje del padre del protagonista había cogido el pasado del suyo, ya que aunque el personaje no tiene nada que ver, el pasado es el de su padre que murió hace 16 años, y las frases son las de él y a su madre le gustó mucho este recuerdo. Además quería escribir sobre él, lo tenía decidido desde el principio.
Asimismo comentó que los demás personajes, a excepción del protagonista que puede tener cosas suyas, son reales, y ante la pregunta de si se iban a reconocer contestó que cómo no (aunque aclaró que sus amigos eran los buenos de la novela), que los había puesto con sus nombres y el apellidos ya que la había escrito para ellos y que habían los primeros que la habían leído, que había sido su regalo por Navidad, lo que desató otra vez las carcajadas de los que estábamos allí.
Nos comentó que el haber llegado a Planeta había sido por casualidad, ya que él se la había pasado a un amigo editor que publica no ficción y lo había hecho precisamente por ese motivo, para no meterle en un compromiso y le diera su verdadera opinión, y a los dos días le dijo que la quería en tres semanas para publicarla en la Feria del Libro. Entonces se la mandó a Planeta y les dijo que si en tres semanas no le contestaban se la daba a un amigo que la quería publicar y le respondieron afirmativamente muy rápido.
También nos dijo se lo había pasado muy bien escribiendo la novela y los que estábamos allí comentamos que era algo que se notaba, que lo había transmitido. Que ahora es cuando verdaderamente disfruta escribiendo ya que aunque siempre ha escrito siempre lo ha hecho con respeto, un respeto que le impedía disfrutar.
Hablando del título nos comentó que siempre le costaba mucho y lo hacía mal y que hasta para poner los títulos en los programas llamaba a un amigo para que le ayudara, que de hecho la carpeta donde guardaba el manuscrito se llamaba «Historia normal», que en su escritorio sigue figurando así, y aunque pretendía que fuera la editorial la que pusiera el título al final le convencieron de que lo hiciera él, y que, aunque le costó, cuando le vino a la cabeza la palabra tricotosa, ésta le hizo gracia y ese fue el camino, además que vio que ahora hay cierto furor por lo de tricotar y le pareció genial.
Terminamos hablando de uno de los momentos de la novela que sucede en la M-30 que dio para distintas anécdotas que nos habían sucedido a todos en esta vía, nuestras experiencias en ella, lo que dio de sí para un rato de charla.
Seguimos hablando de otras cosas que nada tenían que ver con la novela, cosas que le habían sucedido a Javier en Roma y pasado el tiempo resultan graciosas, aunque en su momento no lo fueran tanto, con las que nos reímos mucho y con las que llegamos a comprender de donde salía el humor que destilaba la novela.
También hablamos de gustos literarios, de lecturas y llegó el momento de despedirse.
Pasamos a las fotos y las firmas de rigor y quedó muy claro que habíamos disfrutado un montón con este encuentro.
No podemos dejar de dar las gracias a Planeta por organizar estos encuentros que tanto nos gustan, y que tratamos de trasladaros.
Fue casi tan divertido como su novela
Gracias por la entrada, sin haber estado me ha dado risa! Es una lectura por la que siento curiosidad. Vaya si es alto el chico, eh?
Besos
Qué bien os lo pasáis !
Besos.
Qué bien poder asistir a estos eventos y pasárselo tan bien! Gracias por compartirlo.
Besotes!!!
Graicas por la crónica.
Qué guay tuvo que ser. Yo el libro no lo he leído y, como he comentado por ahí, por el título no me hubiera interesado en él pero está claro que el contenido bien que merece la pena. Besos.
Tengo ganas de leerla :) Buena crónica.
Bs.
Sabes que lo que más envidio de los blogueros madrileños es la de presentaciones interesantes a las que podéis asistir
Ésta me apetece mucho
Besos
Yo me perdí el encuentro por un despiste horario. El libro tengo pensado leerlo
Besos