La editorial Caligrama publica El tratado de Madrid. «La novela parte de una reflexión interna sobre cómo se puede o no variar el flujo histórico principal como consecuencia de situaciones que tienen que ver más con el mero azar que con decisiones deliberadas de las personas», cuenta sobre su libro Eire. La trama se sitúa en 1918, cuando el fin de la I Guerra Mundial asomaba en el horizonte,  y recorre ciudades como Madrid, París, Berlín, Londres y Berna, en un viaje a través de lugares, personajes históricos y ficticios que protagonizarán aventuras y romances.

¿Cómo harán los personajes para construir la paz en el mundo? Los belicistas y los pacifistas se enfrentarán a las dudas sobre seguir o parar la guerra en una narración viva en la que el tiempo histórico es fundamental. El tratado de Madrid presenta a héroes y no tan héroes, militares, políticos, espías y princesas en un ambiente de juego a vida o muerte en el que siempre habrá ganadores y perdedores. «La corriente principal son las decisiones políticas que se adoptan conforme a las necesidades de las naciones y de la clase dirigente. Pero no quería realizar en absoluto un mero ensayo histórico, las pasiones humanas de las personas que viven en ese momento están allí retratadas», dice el autor.

La novela está llena de frases prodigiosas y de silencios que mantienen la tensión literaria hasta el final. El lenguaje audaz y la mezcla de un exhaustivo trabajo de investigación junto con una imaginación primorosa, hacen de este un texto inteligente con adaptaciones de ideas y emociones universales y donde domina, sobre todo, la alegría por contar.