Random House, octubre 2025
Jonathan Lethem, el autor de Huérfanos de Brooklyn vuelve con Brooklyn una novela criminal, una novela que desafía todas las convenciones del género. Un retablo apasionante sobre la historia de Brooklyn a lo largo de medio siglo.
En las calles del Brooklyn de principios de los setenta, donde todavía no se perciben indicios de gentrificación, tiene lugar un ritual diario: lo llaman la danza. El dinero cambia de manos, se entregan pertenencias, el poder prevalece. La violencia está en todas partes, es una moneda de cambio. Para cualquier chaval –ya sea mulato, negro o blanco– la calle es el escenario donde exhibir su fuerza, sus debilidades y sus vergüenzas, mientras los demás actores se esconden entre bastidores: padres, policías, obreros, libreros, propietarios de viviendas; los que escriben los titulares, las historias y las leyes; los que dan nombre al barrio. A simple vista, las reglas se adivinan obvias, pero bajo el prisma de la memoria no está claro quién es víctima y quién delincuente. Las puertas de un vecindario, convertido hoy en oasis para ricos, se abren para mostrar, bajo la resplandeciente fachada de sus edificios, historias pasadas y presentes.
A lo largo de décadas, en Brooklyn se reforman edificios, abren y cierran comercios, llegan nuevas comunidades que desplazan a los anteriores vecinos, las familias van y vienen, los rostros de los niños cambian. Pero el pasado continúa ahí: un sinfín de historias que aún laten bajo la resplandeciente fachada de un barrio que, con el paso del tiempo, se ha transformado en un oasis para ricos.
Los chicos de Dean Street protagonizan una novela por la que desfilan personajes corrientes, anónimos, a quienes, a lo sumo, se les asigna un apodo genérico. Pueden tener un papel fugaz o ser figuras recurrentes que, como los que se describen a continuación, reaparecen a lo largo de una historia fragmentaria que se extiende en el tiempo. Algunos de ellos, no muchos, se empeñan en conservar la memoria del lugar, son auténticos “recordadores”; otros, en cambio, han suprimido buena parte de los recuerdos de un pasado que, visto en perspectiva, se asume traumático.
Escrita con la ambición y el talento de un autor consagrado y en estado de gracia, Brooklyn, una novela criminal es un impresionante tour de force que se cuestiona cómo creamos historias para contener lo incontenible: nuestro remordimiento por el mundo que hemos creado.
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