Booket, junio 2019
Los hijos de Enoc de Marta Abelló, una novela histórica que mezcla mitología, cultura y ciencia, en un viaje épico que decidirá el destino de la humanidad.
Para escribir Los hijos de Enoc, Marta Abelló emplea una documentación profunda y exhaustiva combinada con un ritmo y una tensión narrativa muy bien dosificados.
La recopilación de diferentes papiros que conformarían el Libro de Thoth –en su mayoría del siglo II, en pleno período ptolemaico– ha permitido su estudio en el tiempo y recomponer una historia común. A lo largo de los siglos, varios sabios dejaron constancia de la magnitud del tamaño de las fuentes que recopila el Libro.
Los hijos de Enoc se desarrolla en un siglo poco explorado novelísticamente hasta ahora y se ambienta en una gran variedad de localizaciones con descripciones abundantes que permiten recrear las escenas en la mente de los lectores. En Los hijos de Enoc, toda la trama gira alrededor de la búsqueda del misterioso Libro de Thoth. El encuentro final en las pirámides de Egipto no supone simplemente el desenlace de la trama, sino también una metáfora de cómo se unen las distintas culturas en busca de una misma solución.
En esta obra Marta Abelló ha conseguido aunar el entretenimiento con el amor por el saber, la tradición milenaria, el desarrollo de las artes, las diferentes religiones y el placer por recorrer, de la mano de las letras, el mundo entero. Eso significaba para Ersbetta Tót esta gran
aventura que la llevaría a recorrer lugares que, en su pequeña aldea de Söfold, ni siquiera se habría atrevido a imaginar: la corte húngara
en una época crucial en su historia, que no volvería a ser la misma; la mítica ciudad de Samarkanda, una de las ciudades más antiguas del
mundo que aún están habitadas, escenario de la ruta de la seda y de todas sus grandes leyendas; Constantinopla, uno de los destinos
más inspiradores de todos los tiempos, hoy Estambul; la cuna de la civilización, Bagdad, escenario de Las mil y una noches, tierra de
mezquitas, palacios y diversidad cultural y, por último, El Cairo, donde el ser humano toma conciencia de su enorme, inmensa insignificancia
y, al mismo tiempo, de sus grandes capacidades. El gran trabajo documental de Abelló regala al lector algo más que un viaje épico y legendario: la oportunidad de encontrarse.
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