NUESTRA OPINIÓN …
La Babilonia, 1580 ha sido mi primer acercamiento a las letras de Susana Martín Gijón, aunque con anterioridad ya hayamos leído alguna novela de ella en este blog –Progenie-, y tengo que decir que ha sido todo un hallazgo para mí y, ya sea con sus novelas anteriores o con futuras, volveré a leer a esta autora.
La Flota de Indias está a punto de partir, pero la piel de arrancada de la cara de una mujer, además pelirroja, aparece sobrepuesta sobre el mascarón de proa de la nave que abrirá el convoy con rumbo al nuevo Mundo. Para la supersticiosa gente del mar no son buenos augurios, por lo que muchos de la marinería y oficiales que forman parte de la expedición no sólo no ven con buenos ojos el inicio del viaje, sino que además se niegan a embarcarse, causando muchas bajas en la tripulación, con lo cual se pone en peligro un viaje con muchos intereses en juego.
Todo se complica cuando el cadáver de otra joven prostituta aparece colgado en otra de las naves.
¿De quién es la piel superpuesta en el mascarón de proa? ¿Qué tiene que ver esta expedición con la muerte de esas mujeres? ¿Quién puede estar detrás de estos crímenes?
Si quieres saberlo tendrás que sumergirte en las páginas de La Babilonia, 1580 y te puedo anticipar que no te arrepentirás.
Susana Martín Gijón nos traslada a la Sevilla de 1850, una importante ciudad en pleno esplendor al ser la capital del comercio entre el Nuevo y el Viejo Mundo. Desde su puerto en el Guadalquivir parten todas las expediciones con mercancías que cruzan el Atlántico y desde allí retornarán las naves con el oro y la plata que provienen de aquellos lugares.
Pero la autora no se queda en esa parte floreciente de ciudad del siglo XVI, sino que nos sumerge en una trama llena de suspense, aventuras y crímenes, que tiene lugar en sus bajos fondos, donde dos mujeres que pueden parecer tan dispares como una prostituta y una monja serán las principales protagonistas. Dos mujeres que fueron como hermanas en su juventud y después se distanciaron y optando por caminos muy distintos.
Hay que reconocer la ardua labor de documentación que la autora ha tenido que llevar a cabo para conseguir una ambientación en la que es capaz de trasladar al lector hasta el más mínimo detalle de esa Sevilla calurosa, donde se mastica el polvo, los olores nos asaltan, la mugre y la basura nos rodea y hasta sentimos la necesidad de apartarnos si leemos que está próximo un «agua va». Igualmente, nos sube a las bodegas de La Soberbia, y nos hace participes de esa travesía que no comenzó con buen pie ni estuvo exenta de contratiempos.
Pero Susana Martín Gijón no se queda ahí, también a través de sus personajes con caracteres propios y bien definidos, nos muestra cómo era la sociedad, la hipocresía con la que trataba a las prostitutas, los manejos de las clases pudientes, la lucha de los nobles por que los comerciantes no ascendieran en la escala social, los intereses económicos, políticos y sociales, el miedo a perder la posición de poder de la ciudad si los navíos cambian de puerto de entrada y salida; y como no, el miedo a una Inquisición que campaba a sus anchas.
He disfrutado mucho con la lectura de La Babilonia 1580, me ha gustado la forma de narrar de Susana Martín Gijón, su forma de plantear la trama a través de capítulos cortos que dan mucha agilidad a la lectura y que te llevan a ese «voy a leer un poco más» tan peligroso, sus personajes, la ambientación, y esa forma de tejer e integrar la historia en la ficción sin fisuras.
Si tuviera que poner un pero a la novela es el final. Un final demasiado abierto para mi gusto y que nos hace sospechar que no acaban aquí las aventuras que nos narra esta novela sino que antes o después tendrán continuación aunque eso será una buena señal de que tendremos otra novela entre las manos.
La Babilonia, 1580 (Hispánica)
5% Fuera
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