NUESTRA OPINIÓN …
Hay veces que nos es difícil resistirnos a la portada de un libro y a lo que en ella dice que encierra la novela, y eso es ni más ni menos lo que nos ha sucedido en el caso de Nada que perder de Susana Fortes, una escritora con la que hemos repetido, ya que hace unos años leímos su novela Septiembre puede esperar.
Una tarde de verano de 1979, tres niños son vistos por ultima vez jugando en los alrededores de la ribera del Bajo Miño.
Del trío formado por dos hermanos, Nicolás y Hugo, y una niña, Blanca, que está pasando las vacaciones con sus abuelos en el pueblo, después de haber sido la voz de alarma por su desaparición, al día siguiente tan solo aparece esta última en un capazo en la otra orilla de la ribera del río.
Después de una intensa búsqueda los dos hermanos no aparecen y se piensa que han podido morir ahogados y sus cuerpos arrastrados por las corrientes. Años después aparecerán en las excavaciones de un Castro cercano.
Este es el punto de partida de una historia en la que la niña superviviente que años más tarde, cuando ya es adulta, sigue sin recordar nada de lo que pudo suceder, vuelve al pueblo y tratará de evocar aquellos días para intentar que vean la luz esos recuerdos que su subconsciente parece empeñado en enterrar.
La trama de Nada que perder, además de encerrar un misterio es una historia de secretos familiares, relaciones entre padres e hijos, fantasmas del pasado, el comienzo del narcotráfico en Galicia y llena de tensión e intriga, ambientada en la Galicia rural, en la que nada es lo que parece, y que pone de relieve que esa verdad que a veces perseguimos y se nos escapa y de la que en ocasiones hay que tener cuidado con ella ya que quizás no nos guste.
En esta novela, a través de una prosa evocadora, la autora nos traslada la atmósfera opresiva y misteriosa de una comunidad cerrada y cómplice, en la aldea en la que sucedió todo, un escenario que pone de relieve la fuerza de la naturaleza, en la que se mezclan los riesgos que puede encerrar, con todo el goce y diversión que nos puede ofrecer, y que tanto peso tienen en una trama que mezcla la investigación de aquella desaparición, con las vivencias de Blanca y sus recuerdos.
Y es que con gran habilidad Susana Fortes nos sumerge en un recorrido emocional a través de la protagonista, en el que el lector va rememorando la infancia de Blanca y aquel verano en el que desaparecieron sus amigos; una desaparición más que sumar a otras que ya habían tenido lugar en la ría y los alrededores, y a las que el pueblo estaba habituado.
Nada que perder es una lectura en la que lo importante, no es tanto el caso de la desaparición que nos plantea, sino todos los temas que en ella se tocan, una novela agradable de leer, pausada y con la que disfrutar de la prosa de Susana Fortes.
No he leído nada de la autora y esta novela tampoco me llama especialmente la atención.
Besos.
No termina de convencerme esta vez así que lo dejo pasar.
Besotes!!!
Lento, muy descriptivo y final decepcionante. El primero y último que leo de ésta autora