Universo de letras, mayo 2024
El fantástico reino de Amappolizh, la incontestable novela con la que A.R. Williams se erige como un alquimista del relato
La Editorial Universo de Letras consolida su apuesta por el género de la literatura fantástica con la puesta en el mercado de una novela exuberante que da el pistoletazo de salida a lo que promete ser una saga legendaria
En los tiempos actuales, tan dados a la repetición de temas en las tramas que se proponen al lector, resulta muy de agradecer que surja un soplo de aire fresco con una propuesta realmente disruptiva, capaz de hacernos caminar por parajes literarios todavía inexplorados. Tal es el caso de El fantástico reino de Amappolizh, una obra que nos llega firmada por el narrador colombiano A. R. Williams, un nombre al que habrá que seguir muy de cerca por lo tremendamente prometedora que se dibuja su carrera literaria.
La trama que nos propone es una coctelera con un buen puñado de ingredientes. De un lado, tenemos a dos hermanos: Paul y Markus. A través de una mágica puerta ubicada en un árbol acceden a un mundo en el que todo puede suceder… y hay una misión que cumplir. Wyatt es un poderoso león alado y se hace acompañar por los Thumby, unos seres diminutos capaces de llevar a cabo increíbles proezas. Con trazas propias de una tragedia shakesperiana, la aventura girará en torno a la venganza que reclama la muerta del buen rey Leopolde a manos de la malvada reina Hadassar.
Como si de un camino del héroe de homéricas maneras se tratase, los protagonistas del relato deberán mirar dentro de ellos mismos para identificar su propia identidad y sacar las fuerzas necesarias para llevar a cabo la proeza de cumplir un destino para el que no sabían que estaban predestinados. La figura de Kadden, un gigante amigo, será crucial para una aventura que se narra con un ritmo trepidante.
Sin ánimo de entrar en incómodos destripamientos, no está de más, antes de acabar esta nota, echar un vistazo a lo florido de una prosa que ha llegado para quedarse. «A veces Markus se tornaba pesimista haciendo comentarios acerca de lo que les había pasado, pues en un día pasaron de ser simples sirvientes que vivían en una casa común a tener la responsabilidad de guiar a todo un reino a la gloria del éxito que eventualmente tendrían. Paul, sin embargo, era el optimista; siempre sacaba algo bueno de tantos esfuerzos como hacían diariamente». He ahí a dos nuevos héroes de leyenda.
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