Universo de letras, marzo 2024
Desideria, la despampanante ópera prima con la que el psicólogo Luis de Souza echa abajo la puerta del mercado.
Convengamos que Desideria no es un nombre especialmente común hoy día. Sin embargo, su significado es realmente bello. Aúna los siguientes conceptos: deseo, ansia, anhelo y nostalgia. No es casualidad, por tanto, que el psicólogo venezolano Luis De Sousa haya elegido ese vocablo para titular su sorprendente ópera prima, una novela que incursiona en la ciencia ficción, aunque también atesora las hechuras de una narrativa clásica de aventuras, un género que nunca pasará de moda. No en vano, hay que destacar que todo lector que se precie se inició en el hábito de la mano de las historias épicas y hazañosas.
«Esa añoranza por algo que se tuvo. El duelo por lo que se perdió. El deseo de un nuevo mañana, de otra oportunidad. Esa nostalgia, distinta a las demás. Algunos tienen una palabra para ello: Desideria». Son palabras literales extraídas con mimo —y con la voluntad de no provocar un destripamiento o spoiler— para mostrar la calidad y la mirada larga de una prosa que hace que su autor deba ser considerado como un alquimista del relato.
La trama nos recuerda que los seres humanos nunca hemos sido ajenos a las estrellas. A pesar de que cada vez menos de nosotros se paren a observar el infinito del universo, en nuestra mente inconsciente descansa la idea de cazar y recolectar —también procrear— acorde a las señales que recibíamos del cielo en los tiempos antiguos. Como si estuviera señalado por los dioses, emerge un concepto de personaje en la novela, mutable, que atesora las hechuras necesarias para convertirse en inmortal e imperecedero. ¿Su nombre? Mejor podríamos preguntar: ¿sus nombres?
Zev, Itzkaalé, Caetali, Gael, Émile, una misteriosa muchacha con el cabello rojo… Todos ellos protagonizan una historia fragmentada en varios planos temporales, que recrea el mito, lo legendario, todo aquello que nos hace humanos y que no entra en lo que podemos entender como lo racional. El hilo vertebrador encuentra su energía sustentadora en el amor. Por muchos motivos, nos encontramos ante una novela que ha llegado para quedarse instalada en la psique colectiva de toda una generación.
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