NUESTRA OPINIÓN …
Desfiladero de Beatriz Fernández me llamó la atención desde el principio. El mundo de la moda, una historia basada en lo que ella misma ha vivido en este mundo y la promesa de descubrir ese lado oscuro que no se ve tras las pasarelas, tres ingredientes que auguraban una interesante lectura y que me recordó a Mi nombre es Greta Godoy quién hizo algo parecido con su experiencia en el mundo de las influencers.
Beatriz Fernández narra en Desfiladero la historia de Lucía Callado de la que ella misma explica que las vivencias narradas en su totalidad son reales pero, gracias a Dios, no todas le han sucedido a ella, sino que son sus vivencias y las de otras de sus compañeras, de las que ha sido testigo o que le han contado ellas mismas.
Lucía Callado llega a Madrid desde su Jerez natal y en contra de la opinión de sus padres debido a que ellos querían que continuara con el negocio familiar, una farmacia, mientras que ella tiene claro que ese no quiere que sea su futuro. Llega a Madrid a casa de su amiga Carlota, sin saber muy bien hacia dónde dirigir su vida pero un día, de la manera más inesperada y por casualidad, la citan para un casting para ficharla en una agencia como modelo. Lucía no tiene claro si es eso a lo que se quiere dedicar pero decide probar. No sabe que será el principio de un camino largo, complicado y tortuoso.
En esta historia viajaremos de Madrid a Milán y de Milán a Nueva York y en cada uno de estos sitios Lucía vivirá su historia con la moda de una manera totalmente diferente. Sin embargo, cada paso, cada casting, cada vivencia en este mundo hará mella en su salud mental y hará que poco a poco, su autoestima cada vez vaya a peor y llegue a tener un TCA.
Beatriz Fernández hace en Desfiladero una crítica al mundo de la moda pero deja claro que no todo el mundo es así en esta industria, que hay de todo y sobre todo que se ha y se está avanzando mucho desde ese 2012 cuando comienzan los hechos de esta historia. Sin embargo, muestra a lo largo de esta novela ese lado oscuro de la moda, esos abusos y faltas de respeto por parte de las agencias, abusos sexuales incluso que las modelos tienden a pormenorizar por creer que es algo normal y que la autora quiere dejar bien claro que no es así, que hay hacerse respetar y que en este mundo no todo vale.
Como decía, la autora también nos habla de la parte buena, de ese mundo de ilusión, de ese «salto a fama» y de esas personas que sí que están ahí de buena fe, haciendo su trabajo de forma respetable y respetuosa con el resto. También de esa sororidad que existe entre compañeras y que para Lucía fue la salvación junto con su libreta de escupitajos, una libreta en la que ella escribe sus vivencias, al igual que lo hace la propia autora, para liberarse y desahogarse.
Me ha gustado también la forma en la que está Desfiladero, una novela en la que hay un estilo directo, diálogos, pero también se encuentran pedazos de conversaciones de Lucía con ella misma en su cabeza que nos sirven para detectar esas inseguridades, esa baja autoestima y ese trastorno mental que poco a poco se va generando a raíz de los hecho se van sucediendo a lo largo de la historia.
Salud mental, TCAs, abusos sexuales, presiones familiares, relaciones tóxicas, autoestima y mucha moda son los principales temas de Desfiladero y que la hacen una novela diferente de todo lo que había leído hasta el momento sobre este tema. También, se agradece que la autora meta pequeñas notas a pie de página con conceptos del mundo de la moda que para el resto pueden ser totalmente desconocidos y que hacen que puedas aprender un poquito más sobre el léxico de este mundo.
Desfildero es una novela sobre el lado oscuro de la moda pero también es una novela de autoconocimiento, de evolución, de valentía y de sanamiento que os animo a leer para conocer las dos partes de ese mundo en el que todo parece luz, brillo y chicas y chicos perfectos.
Esta vez no me termina de llamar, pero me alegra que la hayas disfrutado.
Besotes!!!