NUESTRA OPINIÓN …
Cuando vi las novedades de febrero Marismas no me pasó desapercibido, pero cuando, además, leí que se trataba de un thriller criminal escrito a cuatro manos por una madre y un hijo, tuve claro que no quería dejarla escapar.
El detective Nico Ros ha vuelto a Llafranc con su mujer y su hijo de pocos meses, a pasar las Navidades con la familia de esta, cuando un conocido narcortraficante de la zona, con el que en el pasado tuvo alguna relación y mantiene una antigua deuda, se pone en contacto con él para que localice a una niña que ha desaparecido del hostal en el que trabaja la madre de la pequeña en las marismas del Ter, y le insta para que le tenga informado al momento de toda la investigación y los hallazgos que se hagan.
Así será como Ros verá truncados los tranquilos días que esperaba disfrutar con su familia, y se adentra de la mano de la policía que lleva el caso, y con quienes le une una muy buena relación, en una investigación en la que hay pocos hilos de los que tirar y que, además, le trae dolorosos recuerdos de su pasado.
Uno de los puntos fuertes de la novela es la ambientación que los autores crean, trasladándonos a un lugar que en verano nos ofrece en entorno maravilloso, pero que en la época en la que sucede la trama de la novela, con la poca luz del invierno, las inclemencias del clima invernal, y la tramontana azotando las marismas, se transforma en un territorio inhóspito, convirtiéndolo en un escenario que impregna toda la historia de una atmósfera claustrofóbica, que hace que sea un personaje más de la novela. Una ambientación que sin duda aporta tensión, misterio y desasosiego en el lector.
Marismas es una novela relatada a dos voces. Una en primera persona de la que si bien desconocemos la identidad, sí que reconocemos una mente perturbada, que se irá intercalando con la de un narrador en tercera persona, que irá avanzando en la investigación de la desaparición de Bashira.
Beatriz Rober y Luiso Soldevilla, con una prosa directa, ágil, dinámica, unos personajes totalmente creíbles, descripciones de los lugares que consiguen que el lector se sienta en las Marismas, transmitiéndole lo inhóspito y perturbador de lugar con las inclemencias meteorológicas que se viven, crean un thriller con una trama llena de misterio, con una intriga constante, en la que el lector queda rápidamente atrapado y que volará en sus manos. Si a todo esto añadimos que no se trata de una novela larga, y la tensión que encierra, Marismas va a resultar una de esas novelas que vuelan en las manos del lector.
Esta novela escrita a cuatro manos ha sido una verdadera sorpresa y me gustaría volver a tener oportunidad de volver a encontrarme con estos dos autores y con su protagonista, algo que no parece imposible después de leer las últimas páginas de Marismas.
La vi hace unos días en Instagram y me quedé con dudas, pero me las has despejado todas, tengo claro que me gustaría.
Besos.