NUESTRA OPINIÓN …
Aunque son unas cuantas las novelas que cuenta en su haber Pilar Eyre, tengo que reconocer que la primera vez que leí algo suyo fue Carmen la rebelde y desde entonces no dudo con hacerme con cada una de sus nuevas novelas cómo ha pasado con Cuando éramos ayer, que ha salido hace pocas semanas a la venta y de la que ya se han lanzado varias ediciones.
Silvia Muntaner es una jovencita perteneciente a la burguesía barcelonesa, espectacularmente guapa y sensual, ante la que es difícil apartar la mirada, y en la que sus padres tienen puestas todas sus esperanzas para que haga una buena boda, ya que el negocio familiar de mantillas va de capa caída por culpa, según no se cansa de afirmar el cabeza de familia, de Juan XXIII que cometió el desatino de quitar la obligatoriedad de la mantilla y el velo en las misas, haciendo así que su negocio se resintiera.
Lo cierto es que los Muntaner están arruinados y la boda de la niña, como ya pasó en el caso de la madre, puede ser una buena oportunidad para de salir del atolladero en el que se encuentran, y la puesta de largo de Silvia puede ser esa ocasión de oro para encontrarle un buen partido.
Pero Silvia no tiene los mismos planes que sus padres, y cuando el taxi en el que va junto a su hermano llega a hotel Ritz donde se celebra la fiesta, decide quedarse en el taxi sola y continuar hasta una callejuela del Barrio Chino donde se reunirá con esos amigos que tanto la fascinan.
Como ya me pasó en Un perfecto caballero, gracias a la magnífica ambientación, me he visto transportada a Barcelona, y junto a los protagonistas de esta novela he recorrido durante un cuarto de siglo una ciudad llena de contrastes, con sus luchas, y en continúo cambio, crecimiento y expansión, hasta llegar al momento que supone el verdadero boom de la ciudad: Las Olimpiadas de 1992. Un acontecimiento que dio lugar a un punto a partir del cual se pone en marcha un proyecto colectivo en el que la ciudad Barcelona sufre una gran transformación en cuanto a las infraestructuras y en el desarrollo de la ciudad.
Pero aun utilizando este contexto lo que Pilar Eyre quiere contarnos es en realidad cómo era la vida íntima y cotidiana de la gente que vivió en aquella época, cuáles eran sus problemas, sus luchas, cómo vivía la burguesía en aquel momento y cómo eran las relaciones entre la burguesía afín al franquismo y la nacionalista; el machismo reinante en cualquier clase social y hasta entre los más progresistas; la lucha de clases; cómo eran los movimientos en la sombra de quienes se rebelaban ante el régimen existe; la llegada de la inmigración a Cataluña procedente de otras partes de España, en especial de Andalucía; cómo fue el cambio de costumbres a lo largo de los años; cómo fue la adaptación al nuevo régimen cuando muere Franco; o el impacto de aquella enfermedad que surgió como una pandemia y que se trataba de ocultar ya que estigmatizaba tanto a los que la sufrían como a todo su entorno.
Cuando éramos ayer tiene dos protagonistas muy potentes y fundamentales, Carmen y Silvia, madre e hija, dos mujeres en apariencia muy distintas pero que en el fondo no son tan diferentes, dos generaciones que buscan cambiar su destino.
Carmen no recuerda haberse casado enamorada, ha cumplido su cometido como esposa y madre pero no puede decirse que haya sido, ni sea feliz, pero que con el paso del tiempo y gracias al comportamiento de su hija será capaz de replantearse las cosas, encontrarse, reinventarse y luchar por cambiar su vida.
Silvia es una joven burguesa que no es consciente del influjo ni de las envidias que ejerce en otros, que se rebela contra su origen de clase, contra su familia, contra las costumbres que rigen hasta entonces su mundo, contra el orden establecido, que quiere formar parte de ese cambio que está latente en la sociedad, y que se enamora perdidamente de quien no debe, lo que terminará por dar un giro total a su vida.
Me gusta la forma de narrar de Pilar Eyre, cómo nos cuenta parte de nuestra historia, haciendo que compartan la narración personajes imaginarios con otros verdaderos, entre ficción y realidad. Y es que en muchos momentos se nota que lo que nos cuenta son fragmentos de sus experiencias, anécdotas que han sucedido y que vivido o le han contado, narrando esa parte de nuestra historia cotidiana durante unos años, que no es fácil encontrar en los libros.
Y no quiero terminar sin hablar del final, esa última parte del libro que me ha emocionado, que por un lado no podía dejar de leer y, por otro, los sentimientos se me iban dificultando seguir y yo, que no soy de lágrima fácil, tenía los ojos llenos de agua y un nudo que casi me impedía respirar, como ya me pasó en su anterior novela, uno de esos finales que hacen una novela grande.
Yo no he leído nada de la autora, pero esta novela podría ser un buen comienzo.
Besos.
Pues tampoco he leído nada de la autora y ni siquiera conocía esta novela y has logrado captar todo mi interés.
Besotes!!!