NUESTRA OPINIÓN …
Son muchas ya las novelas de Carme Chaparro a nuestra espaldas. Fieles seguidoras desde aquel No soy un monstruo que se hizo con el premio Primavera en el 2017, hemos visto crecer a esta autora que ha logrado crear un estilo propio y reconocible en sus novelas. Castigo es su nueva novela y segunda de la trilogía que inició con Delito.
Como os decía, Carme Chaparro ha logrado crear un estilo propio en sus novelas y para mí lo componen tres ingredientes: un inicio potente y sorprendente, la inclusión de algún elemento relacionado con la innovación, nuevas tecnologías o avances y estudios médicos relacionados con lo anterior y el mundo del periodismo, pero vayamos punto por punto.
Castigo inicia con el despertar de una madre, Nines, el día de su cumpleaños en el que recibe una de esas famosas llamadas de la radio para hacer felicitaciones de parte de alguien querido. Lo que se planteaba como un detalle que recordar toda la vida se convertirá en algo imborrable pero en un sentido totalmente opuesto ya que, cuando le piden en antena que vaya a buscar el regalo que le han dejado en una caja lo que encuentra es la oreja de su hijo dentro de la misma. A partir de aquí comenzará la búsqueda de ese hijo desaparecido y, además, pronto descubriremos que no es la primera muerte en esa familia lo que hará el caso todavía más peculiar.
Paralelamente, nos encontraremos con la actuación de seis jóvenes en televisión que, acudiendo de público a un programa en directo, cometen contra ellos mismos unos hechos macabros que desencadenarán que toda la opinión pública, y los propios periodistas, estén a la caza de la exclusiva de quiénes son esos jóvenes y porqué han hecho lo que han hecho.
Como imaginaréis, con estos dos hilos argumentales, tendremos a la policía con la investigación sobre la búsqueda del niño y a los periodistas en busca de esos jóvenes. Y, como buenos protagonistas de esta historia, recuperaremos a Santi, el forense siempre dispuesto a encontrar un hilo del que tirar y ver conexiones que otros no verían y a Iluminada, Berta y Chiqui que como buenas periodistas, y con Iluminada con un importante ascenso en la cadena, harán lo posible por desentrañar el misterio de los jóvenes de la televisión.
Como siempre, no es necesario haber leído Delito para leer Castigo pero sí que recomendamos hacerlo en orden para entender la evolución de los personajes. Y, hablando de ellos, me ha gustado encontrarme a un Santi que rompe un poco su coraza y empieza a mostrar sus sentimientos aunque en esta historia volverá a encontrarse en una encrucijada.
Me gusta mucho la manera que tiene la autora de contar historias. Gracias a esos inicios potentes, que te hacen querer saber más y más, a los capítulos cortos que son un engaño para seguir leyendo y a esa capacidad de dar el peso, la relevancia y el el equilibrio justo a las dos historias, hacen que la novela te vuele en las manos y que no tengas la sensación, como en otras historias, de querer llegar a la otra trama porque te atrae más, sino que las dos te interesen por igual.
Otro punto diferenciador de las novelas de Carme Chaparro y quizá por el bagaje periodístico que lleva a sus espaldas, es la capacidad que tiene la autora de introducir historias reales en las novelas. En este caso, y sin desvelar demasiado, la autora nos habla del Patronato de la mujer que existía en época de Franco y que, personas como yo, que nacimos en años posteriores a esa época, no conocemos en absoluto. Creo que es interesante que, personas de nuestra generación, que no hemos vivido ciertos hechos, los conozcamos por lo menos a través de estas historias y que, por lo menos en mi caso, nos pique la curiosidad de saber más acerca de ello y nos lleve a leer un poco sobre el asunto y darnos cuenta de lo que pasaba no hace tantos años en España.
No quiero desvelar mucho más pero muchos son los temas que se tratan en esta historia y me gusta la forma que tiene la autora de hacerlo, con datos, con estudios reales y hechos que están perfectamente integrados en la historia y que a mí me han llevado a buscar si era ficción o no.
Castigo tiene lo que esperamos de un thriller: un inicio que despierta la curiosidad del lector, una trama que avanza rápida, concisa, sin detenerse en detalles pero coherente, varios giros que te hacen sospechar de todos y un final que sorprende. Todo ello unido a unos personajes bien construidos, que evolucionan, que sienten pero que no se comen la historia principal y un trasfondo de historias reales, del funcionamiento de los medios de comunicación, de reflexión y algo de ciencia.
Castigo logra hacer lo más complicado de una novela, que llegues a entender al verdugo, a ese que no descubrirás hasta las últimas páginas. Una historia en la que el límite lo ponen las emociones.
FICHA DEL LIBRO
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