NUESTRA OPINIÓN…
Delito es la cuarta novela de Carme Chaparro, conocida por todos o por casi todos, un rostro de la televisión que poco a poco se ha ido haciendo un hueco en la literatura desde que ganó el premio Primavera 2017 con No soy un monstruo, la primera parte de la trilogía que cerró con No decepciones a tu padre.
Un año y medio aproximadamente ha pasado desde la última publicación de esta autora que ha vuelto con un thriller que nos hace no echar de menos a esos personajes que se quedaron un poco con nosotros después de los libros anteriores, personajes que dicho sea de paso, tienen sus cameos en esta novela para que no se pierdan en ese mundo imaginario que nos van creando los autores con sus novelas.
Delito tiene un inicio más que potente, diez personas tirándose al vacío desde un céntrico hotel de Madrid el mismo día y a la misma hora. Diez personas que nada tienen que ver entre sí, que no se conocen entre ellos y que nunca han coincidido dentro ni fuera de ese hotel. Este arranque, que ya deja al lector pegado a sus páginas, también será un jarro de agua fría para Santi, el forense que de repente es llamado de urgencia para realizar algunas de las autopsias de esos cadáveres y que será quién nos acompañará a lo largo de esta historia junto con Berta, una famosa periodista de investigación retirada de la vida pública desde hace años tras un suceso familiar.
Y es que quizá uno de los puntos diferenciadores de esta novela es que no vamos a vivir la investigación de la mano de la policía u otro cuerpo de seguridad del Estado sino que, en este caso, la vamos a vivir de la mano del forense y la periodista, cuando Santi descubre que hay algo raro en uno de los órganos y su perseverancia (y cabezonería) le hacen investigar en el resto de cuerpos y cuando Berta decide volver de su retiro tras una carta de su madre y acude a la única persona que sabía que continuaba con vida, su amigo Santi.
También se incorporará a este peculiar equipo Iluminada Mellado, reportera de investigación a la que le puede una buena historia y Chiqui, un experto en informática con el que Berta se topa de la manera más casual y al que decide reclutar para su causa que es muy distinta de la del caso que nos ocupa, y es que Berta solo vuelve a Madrid con el fin de cumplir la última voluntad de su madre, cuidar a su hermano que ha salido de prisión y del que nada se sabe.
Las dos historias, la de la búsqueda del hermano de Berta y los suicidios, como podéis imaginar, acabarán confluyendo en un punto de este thriller lleno de giros imprevisibles, de ritmo muy rápido y capítulos muy cortos que hacen que la novela se te acabe en un suspiro. Es cierto que, hacia la mitad de la historia, sobre todo cuando has leído mucha novela de este tipo, puedes olerte la conexión e incluso el meollo del asunto pero también es verdad que Carme Chaparro se guarda un as en la manga a la hora de explicar el porqué y sobre todo el cómo. Creo que es una historia muy bien estructurada, muy bien hilada que, aunque en algunos puntos pueda parecer demasiado estrambótica, ya hemos visto que la realidad siempre supera a la ficción.
Por otro lado, creo que la historia de los personajes acompaña muy bien a la novela, calibrando el ritmo entre las situaciones personales que se viven entre los personajes y el ritmo frenético de la historia en sí. Personajes complejos a los que vamos conociendo no solo con los actos del presente sino también con los retazos de sus relaciones en el pasado. Original también es Delito, quién da nombre a la novela en contra de lo que a priori cualquiera podíamos pensar que hacía alusión el título. Un personaje complejo que da voz también a personas que por lo general se mantienen ocultas en nuestra sociedad.
En cuanto a los temas que se tratan creo que es uno de los componentes que tienen en común casi todas las novelas de la autora: los medios de comunicación que tan bien conoce y su funcionamiento no siempre correcto o que no siempre respeta todo lo que debería a las personas por las exclusivas o el morbo, el periodismo de investigación, el dónde está el límite de las cosas, en este caso por sobrevivir, y por supuesto los avances tecnológicos de los que también echa mano en esta novela en la resolución del caso y que no hacen más que sorprenderme libro tras libro y lanzarme a investigar cuánto hay de cierto en lo que cuenta.
En definitiva, Delito de Carme Chaparro es un thriller de venganza que se devora, al que te quedas enganchado desde la primera página y con una historia estructurada y bien armada a la par que original no solo por la historia sino por el punto de vista que aportan los periodistas y médicos en este aspecto, alejado de la visión policial a la que estamos acostumbrados.
No terminé la trilogía, por ahí continúo teniendo pendiente el tercero y es que los dos primeros me entretuvieron sí, pero no me entusiasmaron. Así que con este no me animo por ahora.
Besos.