NUESTRA OPINIÓN …
En 2016 el poder de la portada de Los amores perdidos consiguió que tuviera en mis manos una mis mejores lecturas de ese año, y que el nombre de su autor Miguel de León, pasara a formar parte de esa lista de autores en la incluyo a todos aquellos de los que no me quiero perder nada. Por eso cuando me ofreció la oportunidad de leer su nueva novela Almas en el páramo, no lo dudé ni un segundo, sabía que la tenía que leer.
Un horrible olor nauseabundo recorre las calles de Antiqua. Los encargados de descubrir su procedencia y hacerlo desaparecer no parecen encontrar de dónde viene, hasta que un bombero harto de dar vueltas sobre el mismo escenario, va a una de esas zonas por las que les han dicho que no busquen, en los alrededores de una casa conocida como La Bella, y descubre su procedencia al encontrar el cadáver de una mujer. Pocos días después, aparecerá otra mujer asesinada.
Esto no es más que el pistoletazo de salida, en la trama de una novela muy compleja que, como el autor nos anuncia al comienzo, sitúa en una ciudad imaginaria con un aire un tanto irreal. Una ambientación con la que quiere envolver el tema de la obra: «las almas son ajenas al tiempo y el espacio, son de siempre de cualquier parte donde haya vida». Un tema que a muchos hará reflexionar, pero que a mí no ha terminado de calarme.
También os aviso que es algo que no me ha impedido disfrutar de esta novela, de la forma de escribir de Miguel de León, de la estructura que dibuja, de sus personajes tan reales, con tantas aristas, luces y sombras, y a los que vas conociendo poco a poco. Unos personajes entre los que hay de todo, y entre los cuales encontrarás algunos ante los que quedarás rendido y otros a los que sin duda aborrecerás y no encontrarás disculpa para sus actos.
Y es que Miguel de León realiza un paseo a través de la vida de todos y cada uno de los personajes de la novela. Unas vidas que son como las piezas de puzzle, con las que el lector va a ir conformando la trama de la misma. Una trama compleja en la que el hilo conductor es Elisario Calante (ya os aviso que los nombres de los personajes para mi han sido todo un desafío), un hombre que aparece un día en un banco, que no sabe ni cómo se llama ni de dónde viene, sin pasado ni futuro, cuya vida no es nada fácil y que se gana al lector desde el primer momento.
Almas en el páramo es una novela coral, para leer sin prisa, para disfrutarla y deleitarse de la forma de escribir pulcra y delicada de su autor. Una novela en la que encontraremos unos grandes personajes, y en la que el odio, el amor, la venganza, la pasión, la tragedia pueblan sus páginas, y también como dije al principio, la reflexión.
Sólo me queda pedir a Miguel de León que, por favor, no nos haga esperar otros 7 años para disfrutar nuevamente de su buen hacer.
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