NUESTRA OPINIÓN …
Hace tiempo que conocemos y admiramos la faceta de escritor de Jorge Díaz (Tengo en mí todos los sueños del mundo), al margen del pseudónimo de Carmen Mola tras el cual se esconde junto con Antonio Mercero y Agustín Martínez, por eso ya esperábamos desde hace tiempo, con muchas ganas, su nueva novela en solitario El espía.
Un hombre corre hacia la playa, los ladridos de los perros cada vez más cerca lo atemorizan. Sus perseguidores no andan lejos y sabe que cuando llegue allí tampoco tendrá salida, ya no tiene los reflejos de antes para salir de situaciones comprometidas, ya no es lo que era. Su vida siempre ha transcurrido en el filo de la navaja pero hoy la cosa pinta mal. El Barón nunca pensó que su vida pudiese acabar así.
Y un inicio así de potente es el que utiliza Jorge Díaz en El espía, para crear una historia basada en el Barón von Rolland, un personaje real, con una personalidad muy interesante. Un judÍo que no se siente judío, nacido en Salónica, pero que se considera por encima de todo alemán aunque, por supuesto, los nazis nunca lo vieron como tal, para los alemanes siempre fue un judío.
Y con la potente historia de alguien como el Barón Von Rolland, que tampoco es Barón, pero sí un embaucador, un encantador de serpientes, un vividor y un canalla entre otras cosas, de cuya vida solo se conoce parte, ya que desaparece el mismo día en el que le entregan el pasaporte después de haber conseguido la nacionalidad española sin que nadie vuelva a saber nada más de su vida, Jorge Díaz va entremezclando a lo largo de la novela dos hilos argumentales.
En uno de ellos, totalmente inventado, nos vamos a encontrar un thriller donde el cabo Javier Bermejo, un cabo al que mandan desde Madrid para que solucione el caso, pero sin mucho interés en que lo haga, tratará de descubrir no sólo quién pudo intervenir en la muerte del Barón, sino qué motivos podía haber tras ese crimen. El otro, más histórico y basado en actas de interrogatorios al Barón, que realmente existieron aunque el autor se ha tomado algunas licencias a la hora de exponerlas, nos llevará a conocer al personaje apasionante, poliédrico y oscuro, aunque caiga muy bien, que fue el Barón Von Rolland y qué actividades conocidas llevó a cabo, entendiendo algunas cosas a través del pasado.
El espía es también una novela de contrastes como el que vamos a encontrar entre la Barcelona burguesa, la de los espías, los cabarets, las fiestas, y un lugar como Mojácar que parece sumido en una época casi medieval; o los personajes reales como el Barón, Bravo Portillo o Pilar Millan Astray, personas con mundo, con alguien como el cabo Bermejo, un policía mediocre, que es la primera vez que sale de su pequeño mundo, o Eusebio, entre otros.
Otro de los puntos fuertes de esta novela es cómo Jorge Díaz dibuja y cómo nos transmite cómo son sus personajes. Ese Barón Von Rolland, ese canalla que te caerá bien aunque vayas descubriendo toda la oscuridad que hay en él, o el Comisario Bravo Portillo que representa a lo peor que pudiera haber en la policía en esa época. La manipuladora y egoísta Erika, o ese cándido cabo Bermejo al que en alguna ocasión dan ganas de chillarle a ver si espabila, o la sabiduría natural y gran sentido común de Eusebio, pese a no haber salido nunca del pueblo.
El espía es una novela muy entretenida, de lectura muy ágil, con una gran ambientación, llena de contrastes, ambición, maldad, mentiras, pasión; y con unos personajes que te atrapan desde el principio. Una lectura que, sin duda, recomiendo.
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