NUESTRA OPINIÓN …
Son pocas las cosas que tengo que añadir a todo lo ya dicho en las reseñas de todas las anteriores novelas de César Pérez Gellida para argumentar qué me ha llevado a leer Bajo tierra seca.
Son ya más de diez años siguiendo las letras de este calvo que no deja de sorprendernos y que este año, muy merecidamente, se ha hecho con el Premio Nadal, una gran alegría para todos los que formamos la familia gellidista.
En la Extremadura de principios del siglo XX, donde impera la hambruna y la miseria en la mayoría de la población, Antonia Monterroso (inspirada en un personaje real), conocida como la Viuda, es la propietaria de una de las mayores fincas de la zona. Un incendio acaba con su finca y no se encuentra rastro de ella.
El capataz de la hacienda es detenido en la estación de Zafra con una bolsa en la que hay dinero y joyas. Se confiesa autor del incendio aunque trata de descargar su culpa diciendo que lo llevó a cabo por orden de Antonia Monterroso
Martín Gallardo, teniente de la Guardia Civil, es el encargado de desplazarse hasta el lugar dónde han acontecido los hechos para investigar lo sucedido.
Indudablemente hay diferencias entre Bajo tierra seca y las anteriores novelas del autor, pero lo que no se puede discutir es que en todas y cada una de las páginas de ésta nos encontramos con su sello personal, su esencia y con todas esas características que conforman el gellidismo como un estilo propio.
En Bajo tierra seca nos vamos a encontrar un thriller rural muy bien ambientado, con una trama compleja y robusta, con constantes saltos temporales que nos llevan a conocer mejor a sus personajes principales y a entender la situación a la que han llegado. Y todo ello con una tensión muy bien dosificada que va en aumento según avanzamos en la novela.
El continuo cambio de escenarios y personajes al que nos tiene acostumbrados el autor, hace que nos encontremos ante una novela muy ágil, lo que unido a los giros que irán apareciendo, sello de la casa, hacen que en más de una ocasión nos replanteemos lo leído, y con el afán de querer saber consigan que las páginas vuelen en nuestras manos.
Ya nos anticipaba César Pérez Gellida en su discurso de recepción del Premio Nadal que Antonia Monterroso era un nombre que no íbamos a olvidar, y no se equivocaba. Un personaje que está muy bien acompañado por aquellos que comparten con ella protagonismo, como Martín Gallardo, Jacinto Padilla, Sebastián Costa, Acevedo, Rosario o cualquier otro de los muchos que pueblan las páginas de esta novela. Unos personajes llenos de matices, de luces y sombras (algunos de ellos con más sombras que luces).
Me he sentido como algunos de los personajes de Bajo tierra seca, manipulada, engañada y utilizada durante la trama, pero he disfrutado como una enana durante las prácticamente 500 páginas de esta novela.
A los que todavía no habéis caído en las redes del gellidismo, esta novela, que nada tiene que ver con las anteriores, es una buena oportunidad para adentraros en las letras de César Pérez Gellida, y a los que ya le conocéis, que queréis que os diga, no tengáis miedo ante esta nueva ambientación que vais a disfrutar cuanto menos, lo mismo que en ocasiones anteriores, aunque puede que lo hagáis todavía más.
Tiene pintaza esta novela. Del autor leí su primera trilogía, con la que disfruté mucho. Y tengo aún libros suyos en la estantería por leer, pero me está tentando mucho este libro. Posiblemente caiga hasta antes…
Besotes!!!