NUESTRA OPINIÓN …
No es la primera vez que pienso que hay libros cuya lectura tengo predestinada. Es verdad que había visto Cuando llegues al infierno entre las novedades de N de Novela, pero como no nos da la vida para todo lo que nos gustaría leer, no estuvo entre los elegidos. En cambio, quisieron las circunstancias que desde la editorial me invitaran a una presentación que tuvo lugar en Madrid, a la que al final no pude asistir, y me hicieran llegar un ejemplar.
Cuando tuve en mis manos Cuando llegues al infierno, no pudo ser mayor el flechazo, con esa edición tan cuidada, esas guardas con unas ilustraciones tan bonitas, la portada que es hipnótica y las solapas que encierran las hojas como si fueran una caja. Un envoltorio tan cuidado y bello no podía ser más que un buen preludio del contenido.
Varios hombres han aparecido muertos en las calles de Madrid. Lo que tienen en común es que son jovenes, guapos y pobres. No se sabe muy bien cuales han sido las causas de estas muertes y si no hubiera sido por la insistencia de un forense, que no se quedó conforme con los indicios que presentaban los primeros cadáveres, de buscar las causas de lo que había podido provocar estos óbitos, los casos se hubieran cerrado sin darle más vueltas.
En esas autopsias cuenta con la ayuda de una particular joven estudiante de medicina, hija de un colega. Con su colaboración intenta confirmar sus sospechas de que esos jovenes han sido envenenados, y, aunque en sus cuerpos no haya rastros de ningún veneno, y los cuerpos tan solo muestran un peculiar aroma, las evidencias son lo que son.
Miguel Vasserot, ambienta Cuando llegues al infierno en las calles de Madrid del siglo XIX, y de la mano de su peculiar protagonista, no le resultará al lector difícil impregnarse de aquel Madrid, de sus formas de vida, sus costumbres, sus ruidos, sus olores, sus calles, sus tabernas y cafés y todos aquellos lugares en los que transcurre la trama.
También nos adentraremos en la forma en la que se repartían las zonas judiciales de esa ciudad, cómo funcionaban y hasta entraremos en las salas de autopsias y con sus personajes seremos partícipes de alguna de ellas.
En cuanto a sus personajes, son tan variopintos como entrañables, y entre ellos sobresale su protagonista Eugenia Alonso, una brillante estudiante de medicina, poco agraciada, que disfruta con todo, con la comida, ya que tiene una glotonería insaciable; con sus amigos, con los que ha creado una compañía de teatro; y también con el sexo. Una adelantada a la época en la que le ha tocado vivir, muy segura de sí misma y de lo que hace, que lucha por aquello que le apasiona, y que tiene claro que quiere no solo estudiar medicina, sino dedicarse a ello.
Me ha gustado la forma de escribir de Miguel Vasserot, la forma en la que me ha ido llevando a través de esta trama intensa, con mucho misterio, en la que vamos a encontrar mucha amistad, humor y también erotismo, y me ha gustado la manera en la que narra algunos pasajes en los que no se entretiene más de lo necesario, no da detalles innecesarios y deja que sea el lector el que ponga lo que no está escrito.
Miguel Vasserot ha logrado, con esa cuenta atrás con la que comienzan sus capítulos, mantenerme pegada a las páginas de esta novela negra e histórica, queriendo saber, al igual que Eugenia, quién estaba detrás de estos crímenes, y os aseguro que el final os sorprenderá.






















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