Caligrama, julio 2020
La literatura de Una semana de libertad sobrevuela el poder, la religión y el amor en el Toledo medieval. En ella el escritor Rubén Harrysson construye una novela histórica con entramado apasionante: la nobleza y la Iglesia juntas para deponer al rey Alfonso X el Sabio.
La editorial Caligrama publica Una semana de libertad. La ópera prima de Rubén Harrysson ofrece una mirada al pasado, concretamente a la ciudad de Toledo en el año 1266, una época en la que la Iglesia rebasa su funcionalidad política en la ciudad. El autor convierte el escenario toledano en una embaucadora trama que mezcla poder, religión y amor, e introduce un hallazgo dentro de la narración: la conspiración que preparaban la nobleza junto a la Iglesia para deponer al rey Alfonso X el Sabio. El libro presenta una literatura fresca y palpitante que puede disfrutarse desde el propio párrafo de inicio: «Llovían piedras sobre el campanario de San Román. Lo hacía en tal proporción que las campanas repiqueteaban dando las doce, las siete y las tres en poco tiempo».
Una joven judía sale de la aljama y desde entonces la ciudad entra en ebullición. Su padre, un judío prestamista, ha prometido entregar a la joven en matrimonio a un apreciado noble. ¿El motivo? Ambos han cerrado un trato que involucra al arzobispado y que promete mover grandes cantidades de dinero. El amor hará su aparición encarnado en un atractivo cartero mozárabe, pero los poderes familiares y sociales intentarán aliarse en contra, trasladando al lector a un entramado de sucesos bien tejidos. Cada personaje, que busca encontrar y esconderse, enriquece la novela.
Esta es una obra a lo grande, no solo por su extensión (ninguna página sobra), sino porque Harrysson derrocha capacidad literaria en la formidable construcción de protagonistas y lugares. Este es un retrato implacable de la Edad Media en España. Sus luces y sus sombras son reales y dotan de una enorme viveza al texto que hace que se lea sin respiro de principio a fin.
Rubén Harrysson nace en 1978 en Madrid, pero reside en Estocolmo desde el año 2013. Siempre relacionado con el mundo del arte, es percusionista en varias bandas de música. Apasionado de la historia, esta es su primera incursión en la novela de época.
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