NUESTRA OPINIÓN …
Son ya unos años y unos cuantos libros desde que leí El tiempo que nos une, casi por casualidad, y Alejandro Palomas se convirtió para mí en un imprescindible, esperando cada nuevo título con ansiedad. Como no podía ser de otra forma Un país con tu nombre no ha sido una excepción.
Y es que Alejandro Palomas cuenta las cosas de una manera que es imposible que no te enamores de sus libros y de quienes los habitan, desde que el primero de ellos cae en tus manos, tiene una forma de narrar que te abraza, te hace meterte en su mundo, creando en cada novela un ambiente a su alrededor del que no quieres salir.
Jon y Edith son los únicos vecinos que viven en una aldea abandonada. Después de quedar viuda, Edith vive con la única compañía de sus once gatos y tampoco necesita más. Jon vive solo desde que Mer se marchó, y aunque al principio de instalarse Edith no los miraba con mucho agrado, ya que no le gustaba la idea de tener a nadie cerca, al final las circunstancias hicieron que se convirtieran en buenos amigos.
Pero de pronto, la llegada de la primavera parece que va a romper la calma en la que están instalados los dos habitantes de esta aldea, cuando uno de esos días en los que las «vidas en las que parece que no pasa nada pero cuando pasa pasa todo» se cruza en sus vidas. Por un lado el zoo en el que trabaja Jon toma una decisión dolorosa para él y, por otro, todo indica que la tranquilidad de la aldea que eligieron, precisamente por eso, va a quedar truncada.
No es una novedad que cuando leemos un libro de Alejandro Palomas hay momentos en los que se te hace un nudo dentro que sube y que baja, que hace que te cueste respirar y te deja sin aliento, pero con Un país con tu nombre podría decir que esta sensación se ha acentuado en mi. Y es que esta es una novela que destila pena, que te lleva cuando tú también estabas inmerso en la tuya, y Alejandro Palomas lo consigue sin decir mucho pero transmitiéndolo todo, aunque luego aparezca uno de esos momentos de humor sanador.
Después de haber leído la novela, un día hablando con Manuela (Entre mis libros y yo), me comentaba que muchos opinaban que era un libro de segundas oportunidades y de amistad, que también, pero las dos estábamos de acuerdo en que a nosotras lo que nos había transmitido la novela era un enorme sentimiento de pena, que fundamentalmente hablaba de ella, de las ausencias, del dolor de la pérdida, de lo que se siente en esos momentos y de las distintas formas que tenemos de enfrentarnos a ello y recomponernos.
Imposible hablar de una novela de Alejandro Palomas, sin hacer referencia a sus personajes, qué decir de ellos, de cómo se van ganando al lector, cómo cada vez nos sentimos más cerca a ellos y a sus sentimientos, y cuántas reflexiones y conversaciones pueden ser las tuyas propias ¡Cuánta afinidad puedes sentir con ellos! Y es que las novelas de Alejandro Palomas son como la vida y sus personajes como quien la viven.
Un país con tu nombre es una novela llena de magia, llena de amor, que pone de relieve la amistad, el saber entender al otro, respetar sus silencios, las segundas oportunidades que nos debemos dar y todo ello acompañado con ese humor sanador siempre tan presente en sus novelas. Seguro que os podría decir muchas más cosas de Un país con tu nombre, porque cada uno de nosotros tenemos y somos uno, pero te animo a que seas tu quien le ponga el nombre a ese país.
Si ya le tenía ganas, ahora tengo muchas más!
Besotes!!!
Leer a Alejandro es adentrarse en mil y una emociones. Yo no salgo indemne nunca de sus novelas y esta no ha sido una excepción. Mucho hemos hablado de ella efectivamente, de esa pena y ese dolor que nos dejan las pérdidas que afrontamos como buenamente podemos.
Besos.
Uno de mis pendientes, y ya se que hay que leerlo, algún día lo solucionaré. Besos
Una novela preciosa. Besos
Si es que Alejandro nos tiene locas… Escribe tan tan bonito…
Besos