Maeva, marzo 2024
Ocho jueves de Pablo del Río, la lealtad puede ser una virtud o una condena.
El cadáver de un hombre abandonado en una cueva.
Un tenista víctima de un delito de lesiones que quedará incapacitado.
Dos vidas arruinadas que, como las diferentes vías abiertas al escalar una montaña, confluirán en una misma dirección.
Del autor de Doce abuelas, una nueva novela llena de ingenio y giros inesperados
¿Qué insospechada relación puede haber entre un esqueleto hallado en una cueva y el ataque perverso a un tenista famoso?
El caos se desata en un hospital de Santander cuando llega el helicóptero que traslada a unos montañeros heridos, hallados en una cueva de los Picos de Europa. Durante el rescate, la Guardia Civil encuentra también el cadáver de un hombre indocumentado que sujeta un recorte de periódico fechado en 1983, muchos años antes de su muerte. Al mismo tiempo, un conocido tenista se despierta de la anestesia tras una intervención en la muñeca sin poder mover tres dedos de la mano derecha. Alguien le ha seccionado un nervio. Dos historias sin conexión aparente, pero con origen en un pasado que parece disponer de un solo testigo, las montañas.
Cantabria, el personaje inesperado
Montañas. El escenario perfecto para una historia de lealtades, también para medir la fuerza de un equipo, las grietas por las que podría resquebrajarse…, y para convertirse en el impecable sepulcro de un secreto. ¿Qué mejor elección que los Picos de Europa? Ese macizo montañoso bautizado así por los antiguos marinos que llegaban navegando desde el Nuevo Mundo —era lo primero que oteaban en el horizonte— y un laberinto bellísimo de cuevas naturales y bocaminas abandonadas desde las primeras décadas del siglo XX.
Cantabria es una comunidad de contrastes que se puede recorrer siguiendo los pasos de los protagonistas de Ocho jueves. Desde las cumbres habitadas por los rebecos a pueblos que lucen maravillas que parecen sacadas de tierras lejanas. Y desde esos pueblos a la zona costera. Calmada, mecida por la tranquilidad que sucede al bullicio de la temporada turística. El lugar perfecto para curar heridas.
Una Cantabria infinita que se convierte en un personaje inesperado que atrapa al lector con su misterio y su inigualable paisaje sembrado de paraísos. Una Cantabria que apetece redescubrir e invita a descubrir todos sus secretos.
Pablo del Río (1964, Palencia) es licenciado en Filosofía y ha trabajado como profesor de Filosofía y Ética antes de dedicarse al cine y fundar su propia cabecera, Cameraman, dedicada a la producción cinematográfica y finalmente a escribir ficción, con un estilo original e irónico. Es el autor de Doce abuelas novela con la que ha cosechado un gran éxito de lectores.
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