Universo de letras, noviembre 2021
Nunca me olvides, del costarricense Vinicio Salas, irrumpe en el mercado de las novedades literarias con un relato bélico y psicológico que retrata el episodio de la participación de los latinos contra las Fuerzas del Eje. La novela que faltaba sobre la II Guerra Mundial Latinoamericana.
«¿Qué pensará el soldado que le dicen que debe matar a la persona que tiene al frente porque es su enemigo, si ni siquiera lo conoce?» Buena pregunta. Excelente en realidad. Es la que se hace Vinicio Salas, escritor costarricense que se estrena en el mercado literario con una vibrante novela bélica, quizás la que faltaba en el mercado para entender la participación de los soldados latinoamericanos que tomaron partido en la Segunda Guerra Mundial. Tengamos en cuenta que no son pequeñas las cifras de caídos en combate de un problema que, en teoría, les pillaba totalmente a desmano. El propio autor se encarga de recordarlo: «Las estadísticas reales de participación de la población latina durante la Segunda Guerra Mundial no se conocen con exactitud, pero se estima que, al menos para el Ejército de los Estados Unidos, rondó en un cinco por ciento de su total de reclutas y también, aproximadamente de estos, unos nueve mil murieron en los diferentes campos de batalla».
Salas ha llamado la atención del Grupo Planeta, el gigante editorial líder de publicaciones en lengua española, que ha decidido apostar por un autor novel pero que demuestra tener mano de escritor maduro. Parece que el libro viniera a cubrir un hueco que demanda el mercado: ninguno de los países latinos tuvo una intervención en el conflicto de forma organizada y dirigida por ellos mismos, aunque sí varios de sus habitantes decidieron unirse a la disputa. La historia de Nunca me olvides nos sitúa en el seno de una modesta familia mexicana, de la que forma parte Aurelio, cuya sufrida existencia se ve salpicada por la participación de dos de sus componentes en el combate global contra las fuerzas del Eje.
La narración, ágil y sin melindres, nos hace entrar en la mente de Aurelio y entender el desconcierto y las dudas morales que le surgen a la hora de empuñar un arma en un conflicto que nadie le ha explicado con detalle, salvo algunas generalidades patrióticas que pretenden tocarle la fibra. La recuperación de la memoria de lo sucedido supondrá una catarsis que Salas sabe dibujar demostrando un gran conocimiento psicológico.
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