NUESTRA OPINIÓN ….
Nuevamente este 6 de enero estábamos emplazados para conocer el 75 Premio Nadal, que este año ha recaído en Los crímenes de Alicia, de Guillermo Martínez.
La verdad es que en un principio este nombre no nos dijo mucho pero indagando un poco descubrimos que Guillermo Martínez era también el autor de Los crímenes de Oxford novela que sí habíamos tenido intención de leer cuando se publicó.
Una joven becaria encuentra una página que fue misteriosamente arrancada de los cuadernos originales de Lewis Carroll. Aunque no le importa poner en conocimiento de la Hermandad de estudiosos de Lewis Carroll el hallazgo, no piensa mostrar el documento que lo corrobora y que así otros le quiten el reconocimiento que piensa conseguir con su descubrimiento.
Kristen no llega a la reunión de la Hermandad. Sufre un accidente que, aunque a primera vista podría parecerlo, no ha sido fortuito, es más existe la sospecha de que intentaban ir más allá. Una sospecha que se confirma cuando se desencadena una serie de crímenes que parecen ajustarse a un patrón, utilizando elementos que se pueden encontrar en el libro de Alicia.
El profesor de lógica Arthur Seldom, perteneciente a la Hermandad, y su discípulo argentino G intentarán encontrar al culpable y resolver el enigma que se esconde tras estos crímenes.
Vaya por delante que aunque la novela vuelve a desarrollarse en Oxford y tanto el inspector Petersen, como Seldom y su alumno ya aparecían en la anterior novela de Guillermo Martínez, Los crímenes de Oxford, no es necesario haber leído esta, aunque ello suponga un plus, para disfrutar de Los crímenes de Alicia, ya que es un caso totalmente independiente y el autor nos revela los datos que estima necesarios de la anterior entrega para que no nos sintamos perdidos.
Guillermo Martínez parte de un hecho real para crear una trama de novela policíaca, en la que la intriga y el misterio son ingredientes importantes, a la vez que nos adentra en la personalidad de Lewis Carroll y su mundo que tomarán un gran protagonismo en la historia. Una historia en la que lo real y la ficción se fusionan de tal manera que a veces nos cuestionaremos cuánto de lo leído pertenece a lo primero o a la segunda.
Una lectura que suscitará en el lector análisis, dilemas y reflexiones sobre distintos temas que nos encontramos en la novela; como por ejemplo, cómo veríamos a alguien como Carroll en la actualidad; su obsesión por las niñas; cómo se ven ciertas actitudes en diferentes épocas, por ejemplo cómo lo que hoy nos escandaliza o consideramos un delito, hace tiempo no fuera para tanto, aunque esos hechos estuvieran rodeados de polémica, las fotografías que realizaba a las niñas; la verdad, etc.
Parte importante juegan en la novela sus personajes. Además de Lewis Carroll quién junto con su universo, tiene un protagonismo importante en la novela y cuya personalidad rodeada de polémica está presente a lo largo de toda la lectura, iremos conociendo poco a poco a Kristen y a los miembros de la Hermandad, todos con algo que esconder, con algún motivo para ser culpables, lo que en un momento u otro los irá convirtiendo en posibles causantes de los sucesos que se irán produciendo.
Una novela en la que Guillermo Martínez juega continuamente con el lector a que todos pueden ser culpables a que sospeche de todos y cada uno de los personajes, muy del estilo de las novelas de Agatha Christie, pero a la que el autor dota del suyo propio.
No es Los crímenes de Alicia una novela con un ritmo endiablado, todo lo contrario los investigadores con una paciencia propia de su profesión, irán conjeturando, echando mano de la lógica, deduciendo que es lo que hay detrás de cada crimen y qué motivos puede tener el asesino, pero lo que no cabe duda es que Guillermo Martínez sabe cómo atraer desde las primeras páginas al lector para que siga leyendo.
Los crímenes de Alicia es una novela con muchas matemáticas y lógica, no en vano son un profesor de lógica y su alumno quienes resuelven los crímenes siendo el inspector de policía un mero notario. Una actividad que me ha sorprendido mucho en los encargados de llevar a cabo la investigación, verdaderamente original y curiosa, y que no creo que podamos encontrar en otras novelas del género.
Guillermo Martínez utiliza una prosa precisa, una trama atrayente, diálogos ágiles y una intriga constante para crear una novela en la que deja claro que no es necesario que una novela tenga muchas páginas para que el lector encuentre una lectura de calidad, atractiva, entretenida y con mucho contenido con la que poder disfrutar.
Pues lo que más me llama la atención es lo del ritmo, el de Los crímenes de Oxford era exaperantemente lento y es de agradecer que en este haya aligerado. De todas formas no estoy convencida del todo, ya veré que hago pero ahora no lo leeré.
Un beso
No soy una especial amante de Agatha, pero la verdad es que el punto metaliterario que tiene esta historia me atrae mucho. No la descarto.
Esperando turno lo tengo. Con los pies de plomo voy con la lógica y las mates, estas se me dieron bien siempre, pero no ando yo muy allá últimamente.
Besos.
Mis ganas por esta novela acaban de contenerse cuando he leído lo de la lógica y las matemáticas porque yo soy de letras puras, jeje. Ya veré, en principio no la descarto. Besos
Pues yo tampoco leí Los crímenes de Oxford y la verdad es que este no es que me llame demasiado. No tengo claro que voy a hacer aún.
Besos
Hola. Yo tengo también alguna duda, pero puede que me atreva al leer esta reseña. ¡Seguro!
Besos y feliz tarde.
Le tengo GANAZAS a este libro!
Espero hacerme con él pronto =)
Besotes
Pinta estupenda!! Quiero que me toque. Besos
Pues me atrae mucho por un lado, pero por otro tengo mis dudas. En fin, si lo veo en la biblio me lo traigo. Por cierto, me gusta el nuevo look de la web. Mola. Besos!
Estoy leyendo los crímenes de Alicia, y como decía «bajo la piel de un lector», el contenido meta-literario es muy estimulante. Saludos desde Río de Janeiro, dónde estoy de vacaciones. Soy de Buenos Aires.
Hoy mismo he terminado de leer «Los crímenes de Alicia» y ha sido una decepción total. El mundo generoso y rico de Lewis Carroll es un simple señuelo. La historia podría ser la de un trastornado repartidor de Amazon, obsesionado en sus horas libres con el contenido de los paquetes que envía, etc
La última parte de la novela se hace irrespirable llega un momento que se explican los hechos ocurridos como tres veces sin apenas dar ningún dato nuevo, nada que haga avanzar el relato. ¡Uff!
Los motivos para los asesinatos… ¿en serio?
Una pesadez, y lo lamento porque Lewis Carroll logró conectar con un espacio psíquico lleno de posibilidades y maravillas. ¿Dónde está todo esto en el libro? Ah, sí, en las expectativas, frustradas, del lector.
Y ¿las matemáticas? Venga ya.