Esencia, febrero 2023
Creemos que la felicidad es tan difícil de conseguir que a veces no la vemos cuando la tenemos al alcance de la mano. Lo que un día fuimos de Lina Galán.
Ona va a casarse, lo tiene muy claro. Puede ser presidenta ejecutiva de una empresa farmacéutica, vivir en un enorme dúplex con piscina y poseer un envidiable vestidor lleno de ropa de marca. Puede ser una mujer libre, independiente y rica, y aparentar que no necesita nada más en su vida.
Pero, en realidad, lo que más anhela es vivir en una casa con jardín, sentarse en el porche junto a su marido y ver corretear a un par de niños.
¿Cuál es el problema? Que ni siquiera tiene novio. Y no lo tiene por culpa de lo que ocurrió hace quince años en una casita de madera en la fiesta de su amiga Aina.
Quince años anhelando un imposible.
Quince años guardándose sus sentimientos.
Quince años viviendo enamorada en secreto de Pol, su mejor amigo.
¿Qué ocurre cuando lo posees todo pero lo que más deseas es lo único que no puedes tener?
Lina Galán vive en Lliçà d’Amunt, un pueblo cercano a Barcelona, junto con su marido, mis sus hijos adolescentes y dos gatos.
Después de años alejada de los estudios, porque nunca es tarde, obtuvo el título de Educadora Infantil, algo vocacional que llevaba demasiado tiempo deseando hacer, aunque ejercer en estos tiempos haya resultado demasiado complicado.
Hace unos años decidió autopublicar su primera novela, a la que ya han seguido algunas más. De esta experiencia maravillosa solo puede tener palabras de agradecimiento para su familia, la auténtica sufridora de sus horas frente al ordenador, y para tantas y tantas personas que le han apoyado, animado y felicitado, tanto cercanas como en la distancia. Y sobre todo para esos lectores que disfrutan con sus historias, sin los que toda esta locura, a estas alturas de su vida, no hubiese podido ser una realidad.
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