Aguilar, febrero 2021
Carlos Matallanas, periodista y exfutbolista, firma La vida es un juego un relato conmovedor y optimista sobre la vida, o sobre cómo la pasión le da sentido. Más que un libro, es un manual de vida que utiliza el fútbol como metáfora de la existencia.
Carlos Matallanas, exdeportista y querido periodista deportivo escribe este emocionante ensayo, estructurado a modo de manual de fútbol, sobre la importancia de tener una pasión. Habla de la vida como juego y del fútbol como metáfora de la existencia. Desde sus páginas, el autor transmite su amor por el deporte, pero utilizándolo como excusa para filosofar sobre temas como la perseverancia, la empatía, el respeto, la solidaridad o la resiliencia. El fútbol ha dado sentido a su vida, incluso para enfrentarse a su enfermedad, la ELA, que lo tiene inmovilizado en una cama desde la que escribe estas líneas a modo de ensayo para sus sobrinos (los Mario y Blanca del subtitulo) y para todo aquel que lo quiera leer, «porque siempre habrá un niño mirándote y al que le debes dar el mejor de los testigos: tu ejemplo».
Estructurado como si de un manual de fútbol se tratase –se divide en diecisiete capítulos que se corresponden a las diecisiete reglas que gobiernan este deporte–, este ensayo habla de la necesidad de apasionarse para vivir y de cómo en la vida, igual que ocurre cuando practicas un deporte de equipos como es el fútbol, hay que esforzarse para ganar, luchar por no perder el balón y darle una buena patada para que entre en la portería contraria.
Cuando el lector finalice la lectura de este libro repleto de anécdotas, recuerdos personales y familiares de su infancia, adolescencia y juventud, consejos para sus sobrinos y datos curiosos e interesantes sobre todo lo que rodea el oficio y el negocio del fútbol, algo de fútbol habrá aprendido, algo que no sabía o que había olvidado. Y, seguro que también, algo aprenderá del amor por la vida y las ganas de vivir que su autor transmite en cada página.
Carlos Matallanas es periodista y ha sido futbolista semiprofesional. En 2014, a los treinta y tres años de edad, le diagnosticaron Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una grave enfermedad neurodegenerativa. Actualmente sigue colaborando en varios medios de comunicación, trabajando para clubes profesionales como analista técnico y abanderando la lucha por la visibilización de los enfermos de ELA.
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