NUESTRA OPINIÓN …
La última noche de Libertad Guerra es la última novela de Leandro Pérez, un autor al que seguimos desde sus inicios con Las cuatro torres y que aunque prometió seguir con las andanzas de Juan Torca, lo cierto es que en esta novela ha cambiado por completo el rumbo.
Lo primero que debo decir es que, probablemente, esta sea una opinión muy distinta de la mayoría de las que podréis leer de esta novela y es por una razón muy sencilla, yo no viví el golpe de Estado. Nací en el 89 y si bien es cierto que es algo que me han contado, de lo que se ha hablado numerosas veces tanto en la televisión como a nivel personal en conversaciones entre gente más mayor que cuenta dónde estaba ese día (todo el mundo lo recuerda a la perfección), aunque pueda entender lo que habría llegado a suceder si hubiera tenido éxito, hay que tener en cuenta que yo no viví el franquismo, ni el intento de golpe, ni lo que pasó justo después.
Dicho esto, quiero destacar, después de hablar con otras personas sobre esto, que creo que esta novela tiene un público determinado o bien tiene dos lecturas. La lectura para cualquier persona que viviera esos años, seguramente sea mucho más extensa y rica que la que ha tenido para mí. La lectura para mí ha sido la de una historia de amor, una historia de amor que tiene mucho más ya que está totalmente marcada por el momento histórico en el que sucede. Me ha gustado, me ha gustado mucho, me ha entretenido, he aprendido cosas que no sabía sobre historia, me ha ayudado a entender más aún cómo se vivió antes y qué habría podido pasar si el golpe de estado hubiera triunfado y por lo tanto la importancia de que no lo hiciera, pero para mí ha quedado por delante la historia de amor en cuanto a lo que a argumento se refiere, por lo menos en casi la mitad del libro porque sí tengo que reconocer que hay otra parte, a partir de la mitad, en la que toma protagonismo una huida detonada por el momento histórico y cómo se vivía entonces.
Hasta ahora, aunque si habéis leído la cubierta lo sabréis, no os he contado el punto fuerte de esta novela, la originalidad de la misma, y es que el autor, parte de un mundo paralelo en el que el golpe de Estado de 1981 liderado por Tejero, tiene éxito. Creo que la originalidad de esta premisa, a la par que la labor de documentación, de abstracción y eliminación de lo que pasó realmente y de imaginación son dignos de mención y es lo que hace de esta novela algo digno de ser leído.
La historia comienza cuando se llevan violentamente a Imanol, el chico con el Libertad Guerra, periodista musical, se veía. Libertad no tenía intención de fijarse en Imanol más de lo que se fija en otros chicos pero, haber visto cómo se lo llevaban en un furgón y no saber nada de él, hará que empiece a obsesionarse con su paradero y con el porqué se lo han llevado. A partir de aquí, y de la mano de Libertad viajaremos a lo largo del libro por Madrid, Barakaldo y Lerma y como tal viviremos el ambiente tan distinto de esas ciudades en esos años (recordad ambiente ficticio), la represión, la censura, el abuso de poder y la organización de esos pequeños comandos que siempre han existido para luchar por las libertades. Madrid la gran ciudad y en la que se cuece todo; Lerma, el pueblo en el que lo mejor es no dar que hablar; y Barakaldo, donde desde siempre ha habido gente luchando por el independentismo.
Por otro lado, por medio de Libertad Guerra vamos a ver un homenaje y reflejado el mundo del periodismo de la época. Un periodismo en el que había cosas que no se podían contar, en el que siempre ha habido hombres y mujeres valientes que han luchado por enseñar la realidad o por lo menos por aportar lo que podían para ayudar, aunque fuera en la sombra.
No quiero dejar de mencionar la banda sonora y literaria (el padre de Libertad era poeta) que acompañan a La última noche de Libertad Guerra y que podéis encontrar en forma de playlist al final del libro. También hay que resaltar al resto de personajes secundarios que reflejan tan bien las distintas maneras de vivir y de pensar de esos años. Y, finalmente, no quiero olvidar, como ya se comentó en la presentación que tuvimos con el autor, que al final, la historia se repite muchas veces, y muchas cosas, aún en una historia totalmente inventada e inversa a la que se vivió, no difieren tanto de la vida real como se puede ver reflejado en algunos de los artículos reales que en la novela aparecen reseñados y que encajan a la perfección con la historia de la novela a pesar de haber sido escritos en la realidad que sí sucedió.
Lo tengo pendiente y no quiero tardar mucho en leerlo.
Besos.