NUESTRA OPINIÓN …
La rebelión de los buenos es la nueva novela de Roberto Santiago que le ha valido el Premio Lara 2023. Seis años han pasado desde la publicación de Ana, la primera novela para adultos del autor y, aunque éste sí que ha seguido publicando en su faceta literaria para niños, los adultos hemos tenido que esperar un poco más, aunque sin lugar a dudas la espera ha merecido la pena.
En La rebelión de los buenos nos vamos a encontrar de nuevo un thriller judicial y de nuevo una batalla de un abogado con bufete pequeño contra una gran corporación. Si en el caso de Ana se enfrentaban con el mundo del juego y con una gran empresa de casinos, en el caso de La rebelión de los buenos van a luchar contra una gran farmacéutica y lo que es más curioso lo hará una persona que está absolutamente enganchada a varios de los fármacos que se comercializan por millones cada día.
La rebelión de los buenos comienza con la petición de ayuda de Fátima Montero, la gran propietaria junto con su marido, de la farmacéutica Montero-Meyer, a nuestro abogado protagonista, Jeremías Abi, para quitarle absolutamente todo a su marido después de que él le haya confesado que está enamorado de una cría. Fátima Montero es una mujer elegante, poderosa y muy rica, que podría haber elegido a cualquier abogado pero que escoge este pequeño bufete ya que considera que su abogado e investigador principal comparte con una ella algo fundamental: a los dos los han traicionado y cree por ello que Jeremías es la persona ideal para luchar por su causa.
Sin embargo, esto es sólo el comienzo y esta demanda millonario de divorcio acabará convertida en una demanda del propio Jeremías contra la propia Fátima Montero y en consecuencia contra su farmacéutica. Con esto no os desvelo nada ya que, aunque esto se sabe un poco más adelante, el argumento principal de este libro es precisamente la demanda contra la farmacéutica que sirve de hilo conductor para mostrar las maniobras y perspicacias de la industria para lograr según qué cosas: los consumos millonarios que se hacen a diario de ciertos medicamentos o productos y el entramado de empresas que esconden un mismo nombre, Montero-Meyer. Por supuesto, todo esto es ficción pero creo que cualquiera que lea la novela va a reflexionar sobre la industria de la que se habla y el consumo que todos nosotros hacemos de ella, los beneficios millonarios que se obtienen a costa de la enfermedad de las personas y que quizá en muchas ocasiones se nos recomienda tomar según qué fármacos en vez de optar previamente por otras vías que no pasen por medicarnos. Creo que es inevitable pensar que posiblemente parte de esos entramados existan en la realidad ya que, realmente, como el mismo autor nos dijo en la presentación de la novela, la realidad es que cada año se presentan miles de demandas contra farmacéuticas y sin embargo pocas de ellas llegan a una condena debido a los acuerdos que se firman para que no salgan a la luz.
Pruebas, contrapruebas, un juicio con jurado popular, testimonios, alegatos y una sentencia final en la que una vez más queda patente que en este tipo de juicios no ganan las pruebas sino el que tiene el mejor relato. No me deja de sorprender, como ya lo hizo Ana en su momento, cómo funcionan estos juicios en los que vale más lo que se cuenta y cómo se cuenta que la veracidad de los hechos.
Finalmente, no puedo dejar de hablar de los personajes, unos personajes peculiares, muy bien construidos, totalmente distintos unos de otros y con sus problemas acordes a la situación en la que se encuentran. Unos personajes a los que he cogido cariño y que me han ido sorprendiendo a lo largo del relato.
Dividida en tres partes y narrada en primera persona, en La rebelión de los buenos nos vamos a encontrar un thriller jurídico muy rápido, que no da un respiro y que, mediante capítulos cortos hace que las más de 700 páginas no me hayan durado ni una semana. Una novela llena de giros, que te deja con la boca abierta en más de una ocasión y que me he mantenido en tensión hasta literalmente el último momento. Sin embargo no es una novela irreal, creo que es una novela lógica, bien documentada en todos los aspectos, con un final totalmente coherente y que me ha convencido totalmente, quizá incluso dejando la puerta abierta a que estos personajes nos sigan contando una nueva historia.
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