Gedisa Editorial, noviembre 2023
La ilustración es muchas veces invocada como una lucha unívoca contra el oscurantismo, que solo necesita ser actualizada para continuar vigente. Las lecturas totalizadoras la asocian al culto al Progreso, al liberalismo político y a un universalismo desencarnado. Sin embargo, como muestra Antoine Lilti en su agudo ensayo, La herencia de la Ilustración. Ambivalencias de la modernidad, el iluminismo no proponía una doctrina filosófica coherente ni un proyecto político común.
Enfrentándose a autores emblemáticos y otros menos conocidos, el autor propone devolver al movimiento su complejidad histórica y repensar lo que le debemos: un conjunto de interrogantes y problemas.
La Ilustración aparece, pues, como una respuesta colectiva al surgimiento de la modernidad, cuyas ambivalencias configuran aún hoy nuestro horizonte.
Partiendo de las preguntas de Voltaire sobre el comercio colonial y la esclavitud para llegar al último pensamiento de Michel Foucault, pasando por la crítica poscolonial y los dilemas del filósofo frente al público, La herencia de la ilustración ofrece así una imagen profundamente renovada de un movimiento que debemos redescubrir porque nunca deja de hablarnos.
Director de estudios en la Escuela de altos estudios en ciencias sociales de París (EHESS), con una cátedra intitulada «Historia e historicidad de la Ilustración», Antoine Lilti fue anteriormente maître de conférences en la Escuela Normal Superior y director de la revista Annales. Histoire, Sciences Sociales.
Formado en la tradición de la historia social y cultural francesa de Roger Chartier y Daniel Roche, con el que estudió su doctorado, Antoine Lilti es hoy en día una de las voces más importantes en la historiografía del siglo XVIII y de la Ilustración.
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