NUESTRA OPINIÓN …
Ya comentamos en nuestra opinión de la anterior entrega de la serie protagonizada por Manuela Mauri, Si esto es una mujer, que no nos importaría volver a encontrarnos con esta inspectora, por eso en cuanto vimos entre las novedades de este mes de enero La forja de una rebelde de Lorenzo Silva y Noemí Trujillo, protagonizada también por ella, no tuvimos ninguna duda en hacernos con este libro.
Manuela Mauri se encuentra acompañando a su mejor amiga en un duro trance, la madre de esta última acaba de fallecer. Es una más de las personas que en esos días un tanto irreales de principios de la pandemia, ha muerto en una residencia de ancianos. Manuela no encuentra palabras de consuelo que decirle y por si esto fuera poco tiene que dejarla en estos duros momentos. Los malos no descansan ni siquiera en estos raros tiempos que nos está tocando vivir, y la investigación de un doble asesinato reclama su presencia.
Sin ser la pandemia el foco principal de esta novela, no vamos a dejar de sentirnos sumergidos en aquellos días del Estado de Alarma, en los que un principio estuvimos en un estricto confinamiento para después pasar a unos días llenos de restricciones, un paisaje muy reconocible por cercano, un ambiente del que era imposible desprenderte tanto si estabas dentro de tu casa como si podías salir, y que tanta mella hicieron, de una manera o de otra, en cualquiera de nosotros.
Y Manuela Mauri no iba a ser una excepción tanto en su trabajo como en su vida privada. No va a ser fácil en esos días enfrentarse y llevar a cabo una investigación con el estado de ánimo que pesa sobre la población, las bajas laborales, ni tampoco lidiar con el ambiente que tiene en casa con un encierro forzoso que pone irritables a sus hijos y que dificultan más si cabe, la convivencia que se ven obligados a llevar con su actual pareja durante tanto tiempo.
En La forja de una rebelde los autores vuelven a unir un asunto policial con temas sociales que están sobre la mesa como son los conflictos generacionales, la frustración, la manipulación, la insatisfacción, la infelicidad, el odio, y todo esto en un contexto que nunca habíamos imaginado que podríamos vivir como la situación de incertidumbre, confinamiento y restricciones a la que nos vimos sometidos durante la pandemia, con todo lo que ello llevaba consigo.
Me ha gustado volver a encontrarme con Manuela Mauri, un personaje que sigue evolucionando y creciendo, y a la que sin duda le queda mucho recorrido. He disfrutado con la manera en la que está escrita la novela a cuatro manos y la que no se aprecian fisuras, cómo está tejida la trama y la resolución del caso; y el homenaje a la lectura que encontramos a través de sus páginas.
Está claro que aquello que tanto se dijo durante la pandemia de que de esta saldríamos mejores personas, a nivel global, no ha sido cierto, ya quisiéramos que las cosas hubieran cambiado algo para mejor, pero si es verdad que a muchos, a nivel individual, como a Manuela Mauri, nos ha hecho cambiar, hemos modificado la forma de ver las cosas, hemos acabado con esa prisa e inmediatez que nos movía y con la que queríamos hacer todo, nos ha hecho cambiar las prioridades en nuestra vida y la forma en la que estar y encontrarnos cerca de aquellos que queremos.
Desde aquí sólo nos queda desearle larga vida a Manuela Mauri.
Pues tend´re que buscar el anterior, qeu me dejas con ganas.
Besotes!!!
Yo no he leído aún la primera, pero caerá.
Besos.
A mi me ha gustado, pero era imposible adivinar la resolución, la veo un poco cogida con pinzas.